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31 de enero de 2010

Una Canción de Muerte

A Death Song; William Morris (1834-1896)


¿Qué es aquello que viene del oeste arrasando todo?

¿Y quiénes son estos que marchan firmes y extraviados?

Traemos el mensaje que los ricos han enviado

Abatiendo a los condenados a despertar y saber.

No uno, ni siquiera uno o un millar deben morir,

Pero todos y cada uno si oscurecen el día.

Les preguntamos por la vida de arduo trabajo,

Se nos ordenó aguardar el momento por nuestro pan;

Ansiamos expresar nuestros humildes pensamientos,

Regresamos sin palabras, trayendo a nuestros muertos.

No uno, ni siquiera uno o un millar deben morir,

Pero todos y cada uno si oscurecen el día.

Ellos no aprenden; no tienen oídos para escuchar.

Ellos esconden el rostro ante los ojos del destino;

Sus salones brillantes esconden el cielo que oscurece.

¡Pero observa a este hombre muerto golpear las puertas!

No uno, ni siquiera uno o un millar deben morir,

Pero todos y cada uno si oscurecen el día.

Aquí se encuentra la señal que quebrará nuestra prisión;

En medio de la tormenta él ganó el reposo presidiario;

Pero en el amanecer el sol surgió entre las nubes

Trayéndonos un día de trabajo lleno de esperanzas.

No uno, ni siquiera uno o un millar deben morir,

Pero todos y cada uno si oscurecen el día.

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