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31 de enero de 2010

Flora de William Morris

Una Canción de Muerte

A Death Song; William Morris (1834-1896)


¿Qué es aquello que viene del oeste arrasando todo?

¿Y quiénes son estos que marchan firmes y extraviados?

Traemos el mensaje que los ricos han enviado

Abatiendo a los condenados a despertar y saber.

No uno, ni siquiera uno o un millar deben morir,

Pero todos y cada uno si oscurecen el día.

Les preguntamos por la vida de arduo trabajo,

Se nos ordenó aguardar el momento por nuestro pan;

Ansiamos expresar nuestros humildes pensamientos,

Regresamos sin palabras, trayendo a nuestros muertos.

No uno, ni siquiera uno o un millar deben morir,

Pero todos y cada uno si oscurecen el día.

Ellos no aprenden; no tienen oídos para escuchar.

Ellos esconden el rostro ante los ojos del destino;

Sus salones brillantes esconden el cielo que oscurece.

¡Pero observa a este hombre muerto golpear las puertas!

No uno, ni siquiera uno o un millar deben morir,

Pero todos y cada uno si oscurecen el día.

Aquí se encuentra la señal que quebrará nuestra prisión;

En medio de la tormenta él ganó el reposo presidiario;

Pero en el amanecer el sol surgió entre las nubes

Trayéndonos un día de trabajo lleno de esperanzas.

No uno, ni siquiera uno o un millar deben morir,

Pero todos y cada uno si oscurecen el día.

William Morris

La admiración por el arte medieval

Nació el 24 de marzo de 1834 en Walthamsow (Inglaterra). Estudia arquitectura, arte y religión. Comienza a trabajar en 1856 en la firma de arquitectura de G.E. Street y en los años siguientes se convierte en pintor profesional. Con su experiencia en arte y arquitectura funda, en 1861, Morris, Marshall, Faulkner & Co., una empresa de arquitectura y diseño industrial que el personalmente financia.


"Era natural que yo, un decorador de profesión, prestara atención muy especial a la ornamentación de mis libros; sobre esto tengo que decir que yo siempre he tenido en mente la necesidad de hacer de la decoración una parte integrante de la página".


Morris creó un “revival” cultural en la Inglaterra victoriana que se basaba en las artes y los oficios de la época medieval como paradigma de la primacía del ser humano sobre la máquina y a la vez de un trabajo hecho atendiendo a las más altas cotas de expresión artística.


Fue artesano, diseñador, impresor, poeta, escritor, activista político y un incurable neorromántico, y durante gran parte de su vida se preocupó intensamente en preservar las artes y oficios medievales abominando de las modernas formas de producción en masa. Estudió al detalle el arte medieval y por ello no es sorprendente que sus famosas iniciales y bordes de los libros que editaba se basaran en los trabajos de Peter Löslein y Bernhard Maler que trabajaron para el impresor y diseñador de tipos de Augsburgo Erhard Ratdolt (1474-84).



William Morris tuvo, sin lugar a dudas, una gran influencia histórica en las artes visuales y en el diseño industrial del siglo XIX. El movimiento Arts and Crafts, creado por Morris es uno de los precedentes para el surgimiento del Modernismo.




28 de enero de 2010

Perfume eterno - Luis Cordero Crespo


Luis Cordero Crespo

(Déleg, 06 de abril de 1833 - Cuenca, 30 de enero de 1912)


Versos de fuego, con mi sangre escritos...

Luis Dolores Cordero Crespo, político y escritor, nació en San Bartolomé de Déleg, el 06 de abril de 1833. Desde joven se inclinó a las letras, principalmente al género poético, y al estudio de las lenguas, en particular del quichua, idioma que conocía en profundidad y al que dedicó grandes esfuerzos, su trabajo en este campo se refleja en su Diccionario quichua-español, español-quichua, premiado con la Gran Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Madrid en 1892. 

Llegó a ocupar varios cargos públicos, entre ellos, tras la toma de Quito por parte de los Restauradores, y el Pentavirato, fue designado Presidente de la República del Ecuador (1883), cargo que ocupó por varios meses. Además, fue Rector de la Universidad de Cuenca. Fallece el 30 de enero de 1912. 



Entre sus obras se encuentran: Una excursión a Gualaquiza (1875) Dos cantos a la raza latina (1883). El rimini llacta y el cuchiquillca (1884). El adiós (1891), dedicado A mi idolatrada esposa Jesús Dávila y Heredia. Poesías serias (1895). Poesías jocosas (1895). A mis conciudadanos. Explicación circunstanciada de lo ocurrido en el odioso asunto del crucero de guerra Esmeralda (1896). Josefina Espinosa de Cordero: Libro de sus huérfanos (1900). La plenipotencia especial del Ecuador en el Primer Centenario de la Independencia de Chile (1911).

27 de enero de 2010

Los caballos del Apocalipsis




Numa Pompilio Llona

(Guayaquil, 05 de marzo de 1832 - Ibídem, 04 de abril de 1907)



Mi ventana, que se abre a la campiña / do se extiende fantástico paisaje...


Manuel Pompilio Llona y Echeverri. Poeta, abogado, maestro y filósofo ecuatoriano; uno de los más distinguidos representantes del tránsito del romanticismo al parnasianismo. Se educó en Colombia y en Perú, cursó estudios en Derecho. Viajó a Europa como cónsul del Perú en España, Italia y Francia. En 1882 volvió a Ecuador como rector de la Universidad de Guayaquil.

“Parnasiano que cultivó el verso con maestría, en obras primorosamente talladas que pueden figurar entre las mejores de su género. Poemas descriptivos, otros líricos, con fuerza y acento de vitalidad y armoniosidad extraordinarias” (Barriga López.- Diccionario de la Literatura Ecuatoriana).


Fragmento de A don Fernando Velarde (1852)


Su obra es de gran contenido filosófico y profundo, entre ellas se destacan Los caballeros del Apocalipsis (1869), Noches de dolor en las montañas (1872), La odisea del alma (1876); La escuadra española en las costas del Perú (1865), Cantos americanos (1866), Cien sonetos (1847), Clamores de Occidente, Cien sonetos nuevos (1880), Cantos patrióticos y religiosos (1881), Poemas amatorios y diversos (1882) y La estela de una vida (1893). Además, escribió ensayos, dramas, cuentos y novelas.


Fragmento de Desde mi estancia​ 

Su influencia en Ecuador, Perú e Hispanoamérica en general como introductor de tendencias literarias entonces nuevas es innegable. Murió en Guayaquil el 4 de abril de 1907. Tres años antes, el 10 de octubre de 1904, fue coronado en la Universidad de Guayaquil, como Poeta Laureado.



24 de enero de 2010

La mañana



A mi corazón




Julio Zaldumbide Gangotena

(Quito, 05 de junio de 1833 - Ibídem, 31 de julio de 1887)

En Julio Zaldumbide Gangotena logró el punto más alto una fusión del espíritu romántico con las formas neoclásicas.


Heme ya libre del tropel humano,
y contigo, ¡oh Natura, a solas heme,
y con tus montes y extendido llano!
Heme lejos, en fin, del aire impuro
que respiran las míseras ciudades,
sin oír el de dolor vago lamento
que en su recinto oscuro
se escucha sin cesar: ¡Heme aspirando
bajo tu abierto cielo inmensurable,
con placer inefable,
el aire libre, embalsamado y puro;
y en vez de humanas voces, escuchando
el apacible acento,
la melodiosa voz del vago viento!

Fragmento de A la soledad del campo. 


Nació en Quito el 5 de julio de 1833. “Era un joven de buenas maneras, de exquisito gusto, pero dado a la soledad y a la melancolía”. El 6 de Marzo de 1.845– se presentó aún adolescente a la velada artístico- literaria de la “Sociedad de Ilustración” y subiendo al escenario declamó su “Canto a la Música”, causando magnífica impresión. Miguel Riofrío, “el poeta lojano que ejercitaba su justa autoridad ante los jóvenes estudiosos y que presidía la fiesta”, lo coronó. Zaldumbide tenía dieciocho años y de allí en adelante figuró activamente en el mundo de las letras.

Traductor, poeta, ensayista y suscitador de cultura. A su hogar, abundante de libros, acudían los jóvenes que aspiraban a tomar sitio en la historia de las letras ecuatorianas, entre los que figuraron Juan Montalvo y Juan León Mera. Los dos, entre sí divergentes en muchos aspectos, pudieron no obstante conciliar ideas y maneras de sentir con Zaldumbide, espíritu de veras ecléctico...

Aparte de la devoción estética Montalvo y Zaldumbide, poseían en común el credo del liberalismo y el aborrecimiento a la dictadura de García Moreno. La alianza de Mera y Zaldumbide fue, en cambio, de puro carácter literario. Los dos sentían la misma necesidad de recomendar el marco de lo nacional buenos románticos como el más apropiado para el ejercicio de las letras...

“Sus últimos años fueron sombríos y agobiados. Vivía tuberculoso y colmado de dolores”. El "poeta filósofo", murió el 31 de julio de 1887, a los 54 años de edad.


Fuentes:

http://www.edufuturo.com/educacion.php?c=3109
http://www.diccionariobiograficoecuador.com/tomos/tomo4/z1.htm
Rodríguez Castelo, Hernán (1980). “Literatura Ecuatoriana 1830 – 1980”. Otavalo: IOA.

18 de enero de 2010

A mis enemigos


Sufrimiento



¡Quejas!



Versión tomada de ​Producciones literarias​ de Dolores Veintemilla de Galindo (1908).


17 de enero de 2010

Dolores Veintimilla Carrión

(Quito, 12 de julio de 1829 - Cuenca, 23 de mayo de 1857)


"Acábese, por Dios, nuestra criminal indiferencia respecto de las mujeres; alentémoslas, saquémoslas a la luz para que fueron creadas, sentémoslas a nuestro lado y busquemos en ellas la mejora de nuestra propia condición."

Juan León Mera


Dolores Veintimilla Carrión, nace en Quito, el 12 de julio de 1829, época de luchas revolucionarias y guerras civiles. Mujer de alma libre y gran sensibilidad es el ejemplo vivo del espíritu romántico que ella anticipa en el país.

Su vida y obra están cruzadas permanentemente por la sombra de la incomprensión y la intolerancia. Su espíritu rebelde y su hipersensibilidad la elevan a la categoría de heroína romántica y trágica, a la vez que la predisponen al sufrimiento y a la maledicencia de la sociedad.

Casada a los 18 años con el médico Sixto Galindo, se traslada a Guayaquil y luego a Cuenca, en donde se queda junto a su hijo Santiago en espera del marido quien tiene que salir de viaje fuera del país. Organiza tertulias literarias en las que departe con los personajes intelectuales de la ciudad, mismas que motivan murmuraciones sobre su comportamiento. La situación se complica cuando, en abril de 1957, Dolores, por medio de una hoja volante que es conocida como Necrología, defiende a un indígena condenado a muerte bajo la acusación de parricidio. (Y este parece ser el primer alegato en Ecuador contra la pena de muerte, vigente entonces).

Se multiplican entonces las calumnias y los maltratos contra la escritora, quien es tildada de inmoral, atea, panteísta. Muere en mayo de 1857, tras ingerir cianuro. No cumple aún los 27 años de edad. Deja una nota de despedida a su madre en la que dice:




No la entierran en Campo Santo por su forma de muerte, según la investigación realizada en 2005 por la revista "Tierra Incógnita" los restos de la escritora habrían sido enterrados en Supayhuaico (Hueco del diablo), Cementerio de los Pobres, junto Cementerio General de Cuenca. Después de un tiempo llegó el Dr. Galindo quien finalmente luego de un juicio, logró sentencia favorable, los restos de Dolores Veintimilla fueron trasladados a un cementerio.


Fragmentos que construyen su mito


EXPRESO

En la mira

Entre la leyenda y su realidad

 “Perdón una y mil veces. No me llore. Le envío mi retrato, bendígalo: la bendición de una madre alcanza hasta la eternidad. Cuide de mi hijo y déle un adiós al desgraciado Galindo. Me he suicidado”.

“Era su carta de despedida, a los 28 años. La poetisa Dolores Veintimilla le puso fin a su vida en 1857, agobiada por la infidelidad de su esposo, pero, cuenta la leyenda, que su espíritu quedó atado a un sillón ahora corroído por el tiempo.

Lidia Rodríguez de Abad Valenzuela adquirió esta antigüedad hace 50 años, en Cuenca, y lo mantiene en la sala de su casa en el Barrio del Centenario. El anticuario que se lo vendió lo advirtió: ningún hombre debe sentarse allí porque la poetisa “a eso de las dos de la mañana le hace horrores”.

Cuando aquel político, del que prefiere reservar el nombre, creyó que se trataba solo de una historia creada para causar miedo y se sentó en él, sintió su presencia. “En la madrugada creía que le halaban los pies, que lo tocaban y que le hablaban. Estaba desesperado”, cuenta Lidia de Abad. El ex presidente José María Velasco Ibarra, amigo de la familia, no se arriesgó. Con un tapiz azul, este sillón destaca por su historia entre las decenas de objetos de esta multifacética mujer que fue directora del Museo Municipal de Guayaquil por una década.

En su domicilio está también la campana de oro y bronce con la que Dolores Veintimilla convocaba a los poetas al parque, a las diez de la noche, para sus reuniones culturales…”

2009/11/25


Fuente:

  • Ximena Flores Venegas - Efecto Alquimia. Con la tecnología de Blogger.