
17 de enero de 2010
Dolores Veintimilla Carrión
Posted by Efecto Alquimia on domingo, enero 17, 2010 with 6 comments
"Acábese, por Dios, nuestra criminal
indiferencia respecto de las mujeres; alentémoslas, saquémoslas a la luz para
que fueron creadas, sentémoslas a nuestro lado y busquemos en ellas la mejora
de nuestra propia condición."
Juan León Mera
Dolores Veintimilla Carrión, nace en Quito, el 12 de julio de 1829, época de luchas revolucionarias y
guerras civiles. Mujer de alma libre y gran sensibilidad es el
ejemplo vivo del espíritu romántico que ella anticipa en el país.
Su vida y obra están cruzadas permanentemente por la sombra
de la incomprensión y la intolerancia. Su espíritu rebelde y su
hipersensibilidad la elevan a la categoría de heroína romántica y trágica, a la
vez que la predisponen al sufrimiento y a la maledicencia de la sociedad.
Casada a los 18 años con el médico Sixto Galindo, se traslada a Guayaquil y luego a Cuenca,
en donde se queda junto a su hijo Santiago en espera del marido quien tiene que salir
de viaje fuera del país. Organiza tertulias literarias en las que departe con los personajes intelectuales de la ciudad, mismas que motivan murmuraciones
sobre su comportamiento. La situación se complica cuando, en abril de 1957,
Dolores, por medio de una hoja volante que es conocida como Necrología, defiende a un indígena
condenado a muerte bajo la acusación de parricidio. (Y este parece ser el
primer alegato en Ecuador contra la pena de muerte, vigente entonces).
Se multiplican entonces las calumnias y los maltratos contra
la escritora, quien es tildada de inmoral, atea, panteísta. Muere en mayo de 1857, tras ingerir cianuro. No cumple aún los 27
años de edad. Deja una nota de despedida a su madre en la que dice:

No la entierran en Campo Santo por su forma de muerte, según la investigación realizada en 2005 por la revista "Tierra Incógnita" los restos de la escritora habrían sido enterrados en Supayhuaico (Hueco del diablo), Cementerio de los Pobres, junto Cementerio General de Cuenca. Después de un tiempo llegó el Dr. Galindo quien finalmente luego de un juicio, logró sentencia favorable, los restos de Dolores Veintimilla fueron trasladados a un cementerio.
Fragmentos que construyen su mito
EXPRESO
En la mira
Entre la leyenda y su realidad
“Perdón una y mil
veces. No me llore. Le envío mi retrato, bendígalo: la bendición de una madre
alcanza hasta la eternidad. Cuide de mi hijo y déle un adiós al desgraciado
Galindo. Me he suicidado”.
“Era su carta de despedida, a los 28 años. La poetisa
Dolores Veintimilla le puso fin a su vida en 1857, agobiada por la infidelidad
de su esposo, pero, cuenta la leyenda, que su espíritu quedó atado a un sillón
ahora corroído por el tiempo.
Lidia Rodríguez de Abad Valenzuela adquirió esta antigüedad
hace 50 años, en Cuenca, y lo mantiene en la sala de su casa en el Barrio del
Centenario. El anticuario que se lo vendió lo advirtió: ningún hombre debe
sentarse allí porque la poetisa “a eso de las dos de la mañana le hace
horrores”.
Cuando aquel político, del que prefiere reservar el nombre,
creyó que se trataba solo de una historia creada para causar miedo y se sentó
en él, sintió su presencia. “En la madrugada creía que le halaban los pies, que
lo tocaban y que le hablaban. Estaba desesperado”, cuenta Lidia de Abad. El ex
presidente José María Velasco Ibarra, amigo de la familia, no se arriesgó. Con
un tapiz azul, este sillón destaca por su historia entre las decenas de objetos
de esta multifacética mujer que fue directora del Museo Municipal de Guayaquil
por una década.
En su domicilio está también la campana de oro y bronce con
la que Dolores Veintimilla convocaba a los poetas al parque, a las diez de la
noche, para sus reuniones culturales…”
2009/11/25
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NO ME GUSTO
ResponderEliminarFascinante:)
ResponderEliminar¡Gracias!
ResponderEliminarMe sirvio
ResponderEliminarHermosa Dolores que nació en el tiempo equivocado y conoció a la persona fatal. Su legado inmortal nos queda.
ResponderEliminarMuy interesante. Me ha hecho reir el anécdota de la silla. Velasco Ibarra, amedrentado por una "fábula" FABULOSO.
ResponderEliminarGracias por compartir