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17 de enero de 2010

El Romanticismo en la Literatura

“Yo amo a aquel que desea lo imposible”.

Goethe

E. Delacroix, La Libertad guiando al pueblo,1830.


El Romanticismo literario surgió en Europa a finales del siglo XVIII. Sus características principales fueron el desarrollo de la sensibilidad, imaginación, libertad de pensamiento, idealización de la naturaleza, exaltación del yo, entre otros. El término romántico se empleó por primera vez en Inglaterra en el siglo XVII con el significado original de “semejante al romance”, para denigrar los elementos fantásticos de la novela de caballerías muy en boga en la época.

Los autores románticos encuentran su primera fuente de inspiración en la obra de dos grandes pensadores europeos Jean-Jacques Rousseau (Francia) y Johann Wolfgang Von Goethe (Alemania).

Anne-Louis Girodet Roussy-Trioson (1767-1824), Agnes.


"Siento antes de pensar".

Rousseau


Johann Wolfgang Von Goethe, principal exponente de la corriente del “Sturm und Drang” (Tormenta e impulso) es considerado precursor del romanticismo alemán entre otras cosas por su célebre novela Las desventuras del joven Werther”, obra que figura entre las principales referencias del movimiento romántico; en su trama exalta los sentimientos del protagonista hasta el punto de justificar el suicido por un amor no correspondido, y establece un tono y un estado de ánimo imitado por los autores románticos tanto en sus obras como en su vida personal: una tendencia al frenesí, a la melancolía, al hastío del mundo y a la autodestrucción.


El estilo romántico


Libertad en el arte, libertad en la sociedad;
ahí está el doble objetivo.
Víctor Hugo




El prólogo de la segunda edición de las “Baladas líricas” (1800) puede ser considerado el manifiesto literario del romanticismo. En él se destaca la importancia del sentimiento y la imaginación en la creación poética y se rechazan las formas y los temas literarios convencionales. De este modo predomina la imaginación sobre la razón, la emoción sobre la lógica y la intuición sobre la ciencia, lo que propicia el desarrollo de un vasto corpus literario de notable sensibilidad y pasión que antepone el contenido a la forma, estimula el desarrollo de tramas rápidas y complejas y se presta a la fusión de géneros y propicia la libertad de estilo.

Además, se valoraron las supersticiones y leyendas, motivos fantásticos y sobrenaturales. La inclinación por la fantasía y el deseo de evasión condujeron a la idealización del pasado y al exotismo de culturas alejadas en el espacio (orientales o americanas). Surge el interés por tipos humanos rechazados por la sociedad (el pirata, el verdugo, el mendigo...).

El romántico considera el paisaje como un elemento importante en su obra. Prefiere una naturaleza que conecte con sus sentimientos tumultuosos; por eso buscan paisajes agrestes, noches tormentosas, mar tempestuoso, ambientes nocturnos y sepulcrales, ruinas de castillos medievales... La naturaleza participa de los propios sentimientos del poeta y se convierte en una compañera con la que se comunica.

La literatura se convirtió en expresión de la interioridad del artista, sobre todo de sus sentimientos y pasiones. La búsqueda del ideal de felicidad y plenitud choca con la realidad que lo rodea, y el escritor expresa su anhelo insatisfecho, su fracaso existencial.

“Los temas más importantes de la literatura fueron la libertad, el poder y la justicia; el sentido de la vida y el silencio de Dios; el destino del ser humano y sus misterios; y el amor, anhelado e inalcanzable”.



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