28 de abril de 2014
Política y poética
Posted by Efecto Alquimia on lunes, abril 28, 2014 with No comments
CLUB 7, POÉTICA Y
POLÍTICA
[1]
Sergio Román Armendáriz (1934),
miembro del Club 7 de Poesía
(Guayaquil, 1951-1962),
se presenta en este
1er. Encuentro
de Grupos y Talleres
literarios del Ecuador
(Quito, Casa de la Cultura, 2010),
y entrega los siguientes apuntes:
Nací en
1934 y fui miembro del CLUB 7 [1]
de Poesía de Guayaquil (1951-1962) y de la Unión Revolucionaria de la Juventud
Ecuatoriana (URJE, 1959-1963). [2]
Mi edad arrastra
incomodidades que no me han permitido asistir a esta entrañable actividad. Presento
disculpas.
De acuerdo con los términos de este
‘Encuentro’, cuyo ‘Foro 2’ indaga acerca de las ‘formas de aproximación de
los grupos y talleres literarios a lo político’, [3] ahora, cincuenta y siete años después
del nacimiento oficial del Club 7, empezaré presentando a mis cómplices y
rindiendo un tributo de afecto a su memoria:
David Ledesma Vázquez
(1934-1961)
Gastón Hidalgo Ortega
(1929-1973)
Carlos Benavides Vega
(1931-1999)
Ileana Espinel Cedeño
(1933-2001)
Por la amistad y por el número, nos
bautizamos ‘Club 7’.
Aunque pronto, de septeto nos convertimos en quinteto,
decidimos mantener la cifra cabalística y, con ese membrete, aparecimos en el Reportaje fundacional
que se publicó en el suplemento dominical del diario El Universo de Guayaquil,
el 8 de noviembre de 1953, págs. 6 y 11 y, también con ese nombre, emergió nuestro primer libro plural, el 12 de
marzo de 1954.
Seis años más tarde, fuimos tres. Por eso,
firmamos nuestro segundo libro plural con la figura geométrica denominada
‘Triángulo’, membrete que emergió el día primero de septiembre de 1960.
Y, desde el 30 de marzo de 1961, fecha del
suicidio de David Ledesma, la entropía ha venido cumpliendo su ley:
Gastón
Hidalgo (en 1973)
Carlos
Benavides (en 1999)
Ileana
Espinel (en 2001)
Hoy, 2010, soy ‘Uno del Club 7’, espejo
bisémico que agrupa mi breve producción escritural de entonces.
Siete, Cinco. Tres. Uno. ¡Nada! Así, de fácil.
Entraré en materia subrayando dos puntos:
1ro.- Que, por razones obvias, esta confesión la hago a título singular,
aunque a veces por presiones de la redacción, use el ‘nosotros’ de la primera
persona del plural.
2º.- Que el
CLUB 7, en conjunto, nunca tuvo matrícula política, pero sus miembros, coincidimos
en posiciones democráticas, aunque sólo yo ejercí militancia directa, en URJE.
Para
continuar nuestra charla, les invito a pasear por uno de los tres bosques del
Club 7: el compromiso social. (Los otros dos bosques son: la deriva existencial
y la floración íntima.)
Iremos
recordando a cada integrante de nuestro colectivo en el orden estricto de su
adiós.
David Ledesma
Vázquez ascendió de intuitivo simpatizante de la causa, a la condición de militante
que se expresó no sólo con uno de sus tres acentos, el épico, sino que retrató
de cuerpo entero su convicción cívica en ‘Aquí… ¡Cuba!’, el programa radiofónico semanal que creó y retransmitió
en todo el país desde agosto de 1960 a marzo de 1961, para, de acuerdo con su lema, ‘decir la verdad histórica de la Revolución
sin temor ni miseria’. [4]
Por prisa,
se me atribuye la paternidad del programa pues siempre, por devoción al Parnaso,
en poética, y al socialismo, en política, el extremista del Club 7 fui yo,
pero, en verdad, por lo menos en el caso de ‘Aquí… ¡Cuba!’, la idea germinal fue
de David. Él me la propuso y yo le acompañé. El mérito le pertenece. Además,
sólo él podía realizarla porque era un influyente profesional de la radio. Él
tenía la voz y la imagen y los apoyos técnicos que le permitieron concretarla y
hacerla circular por todas las coordenadas de nuestra tierra. Y así fue. Cuando
murió, el programa aparentemente desapareció con él. Subrayo el adverbio
‘aparentemente’ porque sus ideas, las que fluyeron en esas ‘transmisiones (donde) leía
poemas comprometidos y manifiestos a favor de la revolución cubana’, [5] hoy se
multiplican y están más vivas que nunca. Al igual que su poesía.
Fue, en ese
momento, el del programa radiofónico, cuando David estuvo más cerca de URJE.
Debo
mencionar, también, que en diciembre de 1960 y enero de 1961, en calidad de
integrantes de la delegación ecuatoriana, él y yo, visitamos Cuba invitados, al
igual que un par de centenares de camaradas del mundo, a la apertura del Año de
la Educación en la Isla levantada en armas contra el Imperio.
De nuestra
estadía, allá, él rescató imágenes y verbos para su ‘Cuba en el corazón’ y yo,
para mi ‘Varón en La Habana de mil novecientos sesenta y uno’, páginas, las de
él, traspapeladas, hoy. Y las mías, inéditas, con excepción de algunas líneas que
incluyó la revista ‘Mañana’ (1958-1963) publicación que, dirigida por Pedro
Jorge Vera, difundió su eslogan esperanzador: ‘porque Hoy se construye el Futuro!
Quisimos,
David y yo publicar ‘Dúo’ para integrar ambos poemarios y continuar la táctica
de colaboración mutua que caracterizó al grupo, pero su muerte y mi exilio
truncaron ese afán.
Para David,
la revolución fue un asunto del corazón. Y no por simple rima, sino por
entusiasmo.
De allí
que, en aras de cumplir un ejercicio retórico de metonimia, he pensado que su ‘Cuba
en el corazón’ puede sustituirse por ‘Revolución en el corazón’, pues este
sello abarca la visión socialista del mundo que captó y proyectó Ledesma Vázquez,
de quien, a pesar de la dispersión de sus textos de ‘Aquí… ¡Cuba!’, permanecen otros,
por ejemplo, sus ‘4 poemas por Guatemala’ [6]
(motivados por la invasión yanqui a ese país centroamericano, en 1954) y su
‘Castro en Manhattan’ (motivado por la presencia de Fidel en la Asamblea
General de las Naciones Unidas, en 1960), acentuando esa curva de sensibilidad humana que arrancó con el primer poema conocido de él,
su ‘Canción del picapedrero’, en 1951, [7]
y culminó con ‘Guerrilleros’ [8],
versos publicados en 1961.
¡Los
títulos lo dicen todo!: ‘Guerrilleros’ y ‘Picapedrero’ son vocablos y conceptos
que no necesitan comentarios en el contexto dentro del cual estamos sosteniendo
esta conversación.
Lo propio,
‘Castro en Manhattan’, cuyos versos primeros contrastan la labor parasitaria de
los banqueros de Wall Street con la presencia del Hombre de Sierra Maestra.
Oigamos su vaticinio:
‘Los banqueros / cerraron las ventanas: había
llegado un soplo de aire limpio.’ (…) ‘¿Qué rayo ha descendido? / ¡Oh
Manhattan!, vieja isla, ha llegado tu día; / el Hombre de Sierra Maestra ha
pisado tu suelo. (…).’ [9]
Estoy
citando la versión de la Obra Poética Completa, muy bien cuidada, excepto por
el cierre donde hace falta un verso fundamental.
Para
demostrar la afirmación que acabo de hacer sin desconocer el importante trabajo
que exige la mencionada Obra Poética
Completa de Ledesma Vázquez, transcribiré los tres versos finales que
aparecen en la publicación citada.
Esos tres
versos son:
‘Un barbudo titán hiere tu tierra
para decir con su garganta enorme:
¡América Latina que es tuya!’ [10]
Este último
verso: ‘¡América Latina que es tuya!’ (sic) queda en el aire tratándose sobre todo
de un poema que transparenta la realidad inmediata, no la simbólica.
Algo falta
entre ‘América Latina’ y ‘que es tuya’.
Falta: ‘reclama de pie’.
La solución
es la siguiente:
‘Un barbudo titán hiere tu tierra
para decir con su garganta enorme:
¡América Latina, reclama de pie [11]
la Libertad que es tuya!’
Y, ¿de
dónde saqué esta solución? Si les digo
que la tomé de mi memoria (lo cual es plausible), esta afirmación técnicamente
no será aceptable. Pero, si revisan el capítulo dedicado a David Ledesma
Vázquez en la edición virtual del Diccionario Biográfico del Ecuador que fundó,
estructuró y dirige el Dr. Rodolfo Pérez Pimentel, allí encontrarán el poema
completo.
Para quienes
estudien el tema, haré la inmediata aclaración respetuosa. Les diré lo
siguiente: Creo que se trató de un error explicable en trabajos tan exigentes
como recopilar póstumamente una Obra Poética Completa. Un error subsanable en
una próxima edición. [12]
Importa
subrayar que ‘Castro en Manhattan’ confirma la calidad expresiva y la posición
ideológica de David Ledesma Vázquez.
Carlos
Benavides Vega y Gastón Hidalgo Ortega fueron nuestros amigos, siempre solidarios
pero algo inasibles. En este sentido, su carácter era parecido.
Atribuyo la
inasibilidad de Benavides Vega, a su sencilla timidez. Huía del trato con los
demás, pero con elegancia. Colega de la radio, fue -sin embargo-, para David, un
éxito el incorporarlo en nuestra aventura editorial donde aportó frutos
exquisitos. Los mismos que aportó Gastón, a quien, Ileana logró sumarlo al
grupo en ciernes.
GASTÓN.- La
inasibilidad de Hidalgo Ortega, no huía de nosotros. Nos aceptaba. Lo recuerdo
cómodo en nuestra compañía. Fue solidario también pero inmerso en un silencio
absoluto incluso cuando las primeras cervezas empezaban a estimular la plática.
Impecable en el vestir. Corrector minucioso de pruebas de imprenta, ése era su
quehacer laboral, origen de su orden y limpieza. Y, en contraste, propietario
de imágenes escalofriantes y anárquicas en su condición de heredero del verso
decimonónico de los aedos malditos, lo que no le impidió disfrutar la narrativa
del cholo, del indio y del montubio ecuatoriales, faena que nos contagió su
biblioteca personal. [13]
Entre sus
figuraciones inmóviles, de pronto, Gastón, enciende un relámpago sobre el
aspecto social de la vida.
Verbigracia:
En su ‘Canción del Esplendor Único’ encontramos: ‘(…) Y tus manos -dos cálices de Dios- / descubren la ternura en la
manzana, / en el pan de los pobres y en la frente / ardida de violetas de la
madre. (…)’ . Y en su ‘Elegía de la Angustia’ menciona: ‘(…) El miserere trágico de una mesa sin
pan… (…)’ . Y en ‘Tormento’: ‘Pobre
soy, ¡oh, amigos! / Mi pan lo di al mendigo ciego que buscaba su vida en una
carbonería / y dejé, para mí, un granito de maíz equívoco / en mi plato de
piedra.’ [14]
A Gastón no
le conozco más poemas que los ocho del libro plural de 1954. Vuelvo a la
semejanza con Carlos cuando menciono que, a lo mejor, su familia conserve la
herencia de sus manuscritos que, recuerdo, mantenía limpios y en orden, reflejo
de su constante trato con textos originales en vías de impresión.
No puedo dejar
de transcribir (de su lira íntima y existencial), el efluvio tomado de ese ‘Cantoral de la
Sangre’, que Gastón dedicó a su amada Ileana:
‘¿Qué ignoto alfarero te dio ese discurrir / de
florecida esencia, ese caer / de finos cristales de alehelíes / y la polifonía
inmensa de las sagradas cosas?’ [15]
Estremecen
estas imágenes de Gastón Hidalgo Ortega.
CARLOS.-
Retornando a Benavides Vega, de él recuerdo su seudónimo para la radio y la
escena: ‘Álvaro San Félix’, o fue a la inversa pero, sin resolver esta duda,
reviso de memoria nuestra correspondencia, y lo imagino estampando antes de su
rúbrica, un adjetivo con inicial mayúscula, ‘Invariable’.
Amigo
solidario pero inasible. Tanto lo fue que de su obra lírica sólo conocemos los
siete poemas con los cuales participó en el libro plural de 1954, todos
pertenecientes a la intimidad. No incursionó en la épica social aunque, a lo
mejor, entre los papeles que heredó su familia, reposen textos que puedan
sorprendernos porque su oído fue sensible y su pulso, fino.
Es raro que
alguien con esas cualidades, apague su inspiración después de abrir nuestro
libro plural, de 1954, con ese ‘Inventario’ suyo donde resplandece una alegoría
paradigmática, así detectada porque capta la comunión del sentido figurado y
del sentido recto del fluir de los sintagmas.
Ejemplifico.
Carlos Benavides, dibuja: ‘(…) Y quise
del amor su fruto de agua, / sus arcos más prohibidos, / y su flor desteñida de
ceniza (…)’. [16]
Aparente
fue su deserción de la poesía porque él llevó esa sensibilidad a la historia, a
las radionovelas y al teatro, campos donde explayó su estilo y su compromiso.
En 1988, el
Instituto Otavaleño de Antropología le publicó su tesis de licenciatura en
Historia (grado académico girado por la Universidad Católica de Quito):
‘Monografía sobre Otavalo’. [17]
Esta materia es raíz de ecuatorianidad.
En 1962, obtuvo
el segundo premio de un Concurso Nacional de Obras de Teatro (certamen promovido
por la Unión de Periodistas de Quito), con “Las ranas y el mar’, pieza ‘de
tendencia revolucionaria’ [18]
y antimilitarista que publicó precisamente en ese clima de desazón ambiental [19] en el que cuatro coroneles ejecutaron un golpe de Estado contra el gobierno legítimo
del Dr. Carlos Julio Arosemena Monroy. [20]
Su lenguaje
escénico inspira una agradable opción de representación y admite una fértil
lectura política, herramientas con las cuales la ideología y el estilo dialécticamente
integran una curva creativa y crítica, fruto de la pluma paciente y prolija de
Carlos Benavides Vega.
Ileana
Espinel Cedeño traza una curva similar cuando
examinamos su poemática, no sólo la que ejecutó en el Club 7, sino la que
ofició aún después, en su plenitud y en su epílogo.
Ileana moduló
la desafiante curva de la denuncia social.
Veamos. De
sus once poemas que constan en el libro plural de 1954, allí se exhiben –tres–
de claro compromiso: ‘Ésta es la hora’, ‘Como una rosa blanca’ y ‘En mi suelo’. Y –otro–
‘Canción para el gitano eterno’, diferente de los anteriores por su tono
lírico que fermenta una acusación directa.
El primero
empieza proclamando: ‘Ésta es la hora /
del Hombre aniquilado por la noche, (…)’. El segundo, ‘Como una rosa
blanca’ comienza sufriendo: ‘Pobre niño
que cruzas, desnutrido y descalzo / las calles de mi puerto, (…)’. El
tercero, ‘En mi suelo’ se abre apuntando: ‘Sucede
que las cosas andan mal en mi tierra.’ Y,
además, en su composición dedicada a
García Lorca, ‘Canción para el gitano eterno’ castiga, con certera invectiva, al
Jefe máximo del fascismo español de quien exhibe su ‘(…) mano endurecida (…) / eternizada en pus!... [21],
áspera sinécdoque que abarca el cuerpo y el alma, si la tuvo, de ese siniestro Caudillo [22] ‘(…) que cubrió de cruces (…)’ [23]
su país.
Pero, esas
voces comprometidas no se quedan en el aire. Vuelan y encuentran su póstumo
punto de apoyo en ‘La inútil democracia’, composición fechada el año dos mil
pero publicada, en libro, el dos mil dos y dedicada: ‘Al pueblo empobrecido de mi patria’. ¡Sin comentarios!
Desde el
título: ‘La inútil democracia’, el poema cuestiona el sentido del sistema burgués
porque la autora expresa en castellano directo que la tan mencionada ‘democracia’
no sirve para nada. Es ‘inútil’.
El adjetivo
debe ser preciso. Aquí, lo es.
Ya ‘En mi
suelo’, en 1954, Ileana detectó que ‘(…)
las cosas andan mal en mi tierra’, y luego de cuarenta y seis años, en ‘La
inútil democracia’ señala que esas cosas están peor, de tal modo que la autora
con valentía (y con vigor, a pesar de la cruel enfermedad que la captura) denuncia
esa barbaridad en ocho estrofas tejidas con endecasílabos perfectos que, sin
ocultar la llaga, convierten el problema en oro épico:
‘(…) Esta nación colmada de riquezas, / de minas,
de sembríos, de hombres buenos, / se nos cae a pedazos se nos muere / por
políticos falsos y nefastos, / por entreguistas neoliberales.’ [24]
El
sustantivo ‘políticos’, es calificado por Ileana con un par de tenazas adjetivales, pues les
llama ‘falsos’, esto es, fingidores o engañadores, a lo cual, añade,
‘nefastos’, esto es, ‘detestables’, o sea sujetos que, por servir bastardos intereses de clan,
traicionan su deber con la comunidad y olvidan
a la polis que los eligió o que ellos raptaron con promesas demagógicas.
Más claro
no canta un gallo.
En
preceptiva, el treno implica una lamentación por alguna desgracia. De allí que
Ileana reafirma su compromiso en su volumen de 1972, ‘Tan sólo trece’,
sembrando allí, dos trenos, ‘María Juana Pinto’ y ‘La sangre solidaria’.
‘María
Juana…’, se inspiró en una noticia que dio a luz el diario El Comercio de
Quito, el 13 abril de 1970, y que la autora empleó en calidad de epígrafe: ‘Una humilde mujer fue victimada a golpes,
en presencia de sus tres hijos pequeños, cuando fue sorprendida por el cuidador
de una hacienda, llevándose una botija de agua.’ [25]
El segundo
treno, `La sangre solidaria’, lleva una dedicatoria implícita que reza:
‘Pensando en Biafra y en Vietnam’. Es
oportuno memorar que ambos lugares representan la muerte masiva: Vietnam por la
guerra que provocó y perdió el imperio yanqui (1955-1975), Biafra por el hambre
africana azuzada y engordada por pugnas colonialistas (1967-1970). [26]
Si esto no
es ‘compromiso’, díganme ¿qué lo es?
Un mes
antes de su muerte, agradeciendo un homenaje universitario, bautizó su
compromiso, así:
- (…) ‘Yo
creo firmemente en Dios y (…) creo en la bondad del corazón humano, (…).’ [27]
Sergio
Román Armendáriz cumple su curva estilístico-ideológica desde sus tres
inscripciones en el primer libro plural:
[28]
Parábola del Único Camino (canto por la
opción revolucionaria), Motivo Universal (canto por la paz entre los pueblos) y
Puerto Rico en el Llanto (canto contra
el colonialismo), hasta ‘Varón en La
Habana’ (1961) y ‘La muerte a cada rato’ (1962), doble resplandor.
Así, en ‘Hospital Militar’, (Quito,
abril de 1962), donde estuvo herido [29]
e incomunicado por los sucesos del Toachi, [30] señaló:
‘Por esta puta libertad, todo lo diera / por
llevar el sol en mitad de la cara / por el mantel que la madre me prepara / por
esta puta libertad, todo lo diera. / Y por la amante y su cálido castigo / por
el vino y el libro y el amigo / por esta puta libertad, todo lo diera. / Atrás
del insomnio, a la manera / de ebrio buque herido / llaga la poesía prisionera
/ y lo que pudo ser y nunca ha sido / y lo inútil que soy, ¡todo lo diera / por
esta santa libertad que me ha perdido!’ [31]
Y, al calor
de la campaña electoral de 1959 – 1960 cuyo lema fue ‘Parra - Carrión / Revolución’, (cuando, orientados por el Dr. Rafael Galarza
Arízaga, las juventudes de los partidos Comunista <PC> y Socialista
<PS>, más la juventud de la Concentración de Fuerzas Populares
<CFP> y el aporte de jóvenes independientes pero progresistas,
consolidamos URJE [32], principal apoyo de masas citadinas del
binomio presidencial constituido por el Dr. Antonio Parra <Rector de la
Universidad de Guayaquil e internacionalista> y por el Dr. Benjamín Carrión <maestro
suscitador de maestros>, correntada histórica en cuyo clima efervescente), yo concebí un par de estancias para ser
musicalizadas: ‘Mapa de la patria’ y ‘Oración
laica por Alfaro’ que incluí en la Colección de Poesía Ecuatoriana que edita la
Casa de la Cultura del Guayas. [33]
Ahí, en
1960, en medio de las apasionadas luchas callejeras que a nosotros nos
trasladaban imaginariamente a la toma del Palacio de Invierno en los días de la
revolución rusa, una y más veces fui a dar con mis huesos a las celdas del
‘Cuartel Modelo’ donde
terminé de
darme cuenta de que nada tienen que ver ciertos apelativos con la realidad
pues, a guisa ¿de qué o por qué se apellidaba ‘Modelo’? ese establecimiento, a
menos que se refiriera a la perversión, a la insalubridad y al hacinamiento,
triple ambiente que me impulsó a escribirle a mi noviecita de entonces una
‘Carta desde la celda 13’ que empieza con esta espada:
‘Cercado por los cerdos sedientos / aquí me tienes
al fondo de esta cárcel. / Amor mío, en libertad o tras la reja / el sueño
dibuja tu imagen…’
Y,
veintitrés renglones adelante, interrogo:
‘¿Hasta cuándo esta sed de justicia / castiga
nuestra espalda constante / mientras tu beso me alcanza todavía / ¡golpe de luz
y mar, al fondo de esta cárcel!’
La publiqué en un par de revistas
y en el suplemento literario de La Nación que dirigió Dora Durango en
Guayaquil. Pero, de alguna manera paradójica, esta carta continúa inédita. [34]
Aunque
Ileana Espinel, Gastón Hidalgo y Carlos Benavides mantuvieron una actitud
progresista, su prioridad fue la acción literaria. En David, todo él, era ese ‘Fuego sin Tregua’ del compromiso social y
de la deriva existencial y de la floración íntima que terminó consumiéndolo
demasiado pronto. Por eso, sólo por razones expositivas, su labor admite
ser segmentada. Es única. [36]
En Sergio, la prioridad fue la acción
política.
Resumo,
cada caso, esta vez en orden alfabético:
Carlos
Benavides.- Su compromiso social consta en su pieza antimilitarista ‘Las ranas
y el mar’ y en su tesis universitaria dedicada a Otavalo.
Gastón
Hidalgo.- Exceptuando algunos fosfenos de tipo social, su compromiso era
existencial e íntimo, pero fue solidario en los momentos ásperos.
Ileana Espinel.-
Con algunos rayos de denuncia social que riman con su fe en Dios, expresó su
compromiso. Fue concejal de la municipalidad de Guayaquil.
David Ledesma.-
Labrando una singular épica enriquecida con pinceladas líricas y contrastes
dramáticos, proyectó su compromiso, asumiendo su simpatía por la causa
revolucionaria por medio de su programa radiofónico ‘Aquí… ¡Cuba!’ (1960-1961).
Sergio
Román.- Su compromiso lo llevó del verso a la acción directa afiliándose a URJE
y participando en los sucesos del Toachi, a raíz de lo cual tuvo que abandonar
el Ecuador. [37]
Quienes
conformamos el Club 7, vivimos la fraternidad entre nosotros. Y con nuestro
pueblo, intentamos oficiar la solidaridad.
Compañeras y compañeros:
Reitero mi
gratitud al maestro Diego Velasco por la invitación para participar en este
Encuentro, a Ximena por su ayuda y, a ustedes, por su compañía.
Quedo a
vuestra orden, en: ‘sergioroman.com’ y, me despido con el lema de URJE: ¡Lucha
Heroica por una Patria Nueva!
Gracias,
Sergio Román Armendáriz
CR, 31 de octubre de 2010
LOS SUCESOS DEL TOACHI
(cita
resumen de su inicio)
‘El 6 de abril de 1962, el diario
El Universo, en su primera página, da cuenta de que grupos armados han
aparecido en las montañas de Santo Domingo de los Colorados. / A la época, la
Dirección Nacional de URJE, frente a los acontecimientos de carácter nacional e
internacional, había decidido iniciar un entrenamiento militar de sus
integrantes. Eran jóvenes de diversos partidos políticos, agrupados bajo las
siglas de la Unión Revolucionaria de la Juventud Ecuatoriana, URJE. / En
Guayaquil, se sabía muy poco de esta decisión, y se comunicó a algunos de sus dirigentes,
entre ellos, a Coquín (Carlos
Alvarado Loor). Él no lo pensó dos veces, y decidió partir hacia Santo Domingo.
Lo hizo en compañía de sus más íntimos amigos, Pancho Mármol, Miguel Panchana y
Sergio Román Armendáriz, que fueron los únicos de Guayaquil que integraron esta
actividad, conjuntamente con Edison Carrera Cazar, presidente ocasional del
Consejo Provincial (del Guayas), pero que pertenecía a la
dirección nacional de URJE. / ‘Nos
habían hablado de entrenamiento pero cuando llegamos era otro el objetivo.
(…)’ <le manifestó Coquín a la autora
–Alba Chávez->.
Chávez, Alba. ‘URJE y el Toachi: Una generación sin miedo’. EN:
Tejiendo la vida con Coquín (Carlos
Alvarado Loor -Coquín-, dirigente urjista, es recordado -en este libro- por la
Dra. Alba Chávez, su esposa y camarada).
Guayaquil, PubliFacso, 1993. Págs. 63-64, de 475.
CR, 8 XI, 2010
[1] Acerca del Acta (tácita) de Fundación del CLUB 7, véase:
‘POESÍA DEL CLUB 7’. Guayaquil,
Diario El Universo, Suplemento Dominical, 8 de noviembre de 1953. Págs. 6 y 11.
[2] Acerca de URJE, véase: Diario El Universo, 6 de abril de
1962, Primera Página. / Y: Chávez, Alba. ‘URJE
y el Toachi: Una generación sin miedo’. EN: Tejiendo la vida con Coquín (nombre familiar de Carlos Alvarado Loor
<1939-1992>, dirigente urjista, quien es recordado -en este libro- por la
Dra. Alba Chávez, su esposa y camarada).
Guayaquil, PubliFacso, 1993. Págs. 63 - 68, de 475.
[3] El texto puntual dice: “Foro 2, ‘Los grupos y talleres
literarios históricos en el país y sus formas de aproximación a lo político’.
En: ‘Brutal como el rasgar de un
fósforo’. Convocatoria al 1er.
Encuentro de Talleres Literarios: Gustavo Garzón Guzmán. ‘Programa del
evento’. Pág. s/n. Quito, Casa de la
Cultura Ecuatoriana, 10, 11 y 12 de noviembre, 2010.”
[4] David Ledesma Vázquez (DLV). EN: Pérez Pimentel, Rodolfo. Diccionario
Biográfico del Ecuador. www.diccionariobiograficoecuador.com
/ Véase, además, Cronología
biográfica de DLV. EN: Ledesma
Vázquez, David. Obra Poética Completa (Colección
Memoria de Vida). Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana. 2007. Pág. 27, de 267.
[5] Cronología
biográfica de DLV. EN: Obra Poética Completa. Ob. cit. Pág. 27, de 267.
[6] DLV. Obra Poética Completa. Ob. cit. Págs. 171 – 174, de
267.
[7] ‘Cronología biográfica’ de DLV. EN: Obra Poética Completa. Ob. cit. Nota al pie de la pág. 143, de 267.
[8] DLV. Obra Poética
Completa. Ob. cit. Nota al pie de la pág. 196, de 267, donde se menciona:
‘Publicado en la revista Mañana, abril
de 1961’.
[9] DLV. Obra Poética Completa. Ob. cit. Págs.
201 y 202, de 267.
[10] DLV. Obra Poética
Completa. Ob. cit. Pág. 202, de 267.
[11] DLV. EN: Pérez
Pimentel, Rodolfo. Diccionario Biográfico
del Ecuador, Ob. cit. Allí se apunta: ‘reclama en pie’. (Modulador de la
eufonía y del dramatismo, David debe haber usado la preposición ‘de’, exacta
para el caso: ‘reclama de pie’).
[12] O, de inmediato, con una Fe de erratas (que, por lo menos, atienda esta omisión). Tal
sugerencia debe verse como un aporte a la faena de todos, SR
[13] La biblioteca de
Gastón estuvo compuesta por Diccionarios, Narrativa ecuatorial de los años treinta y Poesía decinónica
francesa con sus ‘decapitados’ de Hispanoamérica y con las anti-letras
provenientes de algunos policéfalos vanguardistas, ambos grupos proveedores del
enriquecimiento lexical. (Cuando alguna vez, rompió el silencio que la
nostalgia hiperboliza, Hidalgo se auto-preguntó: ‘¿Para qué más?’)
[14] Hidalgo, Gastón. ‘Canción del Esplendor Único’, ‘Elegía de
la Angustia’ y ‘Tormento’. EN: Club
7. Ob. cit. Págs. 55, 57 y 62, de 99.
[15] Hidalgo, Gastón. ‘Cantoral de la Sangre’. EN: Club
7. Ob. cit. Pág. 47, de 99.
[16] Benavides,
Carlos. ‘Inventario’. EN: Club
7. Ob. cit. Pág. 11, de 99.
[17] Carlos Benavides Vega. EN: Pérez Pimentel Rodolfo. Diccionario Biográfico del Ecuador. www.diccionariobiograficoecuador.com
[18] Carlos Benavides Vega. EN: Pérez
Pimentel Rodolfo. Diccionario Biográfico
del Ecuador. www.diccionariobiograficoecuador.com
[19] Desde el 7 de noviembre de 1961 (cuando termina
abruptamente el 4to. Velasquismo y asume el Poder, el vicepresidente, Carlos J.
Arosemena), pasando por la ruptura de relaciones diplomáticas con Cuba hasta la
inmediata reacción de URJE (primer semestre de 1962), se dilata este clima de
zozobra que culmina con el cuartelazo de 1963.
[20] Los coroneles Gándara, Freile, Castro y Cabrera
instauran la dictadura desde el 11 de
julio de 1963 hasta el 29 de marzo de 1966. Fue ‘dictadura’ aunque con guantes
de seda la trate el Dr. Osvaldo Hurtado, ex-presidente de la República del
Ecuador (1981-1984), cuando escribe: “La Junta Militar <…> llega al
gobierno en la ‘Década del desarrollo’, cuando en América Latina soplan los
vientos de la modernización y de la programación. Este hecho, y la terminación
del Plan General de Desarrollo elaborado por la Junta General de Planificación,
permiten al gobierno militar adoptar posiciones muy progresistas: una ley de
Reforma Agraria y (…) una nueva legislación fiscal…’ (…)”. Hurtado, Osvaldo. El reformismo militar <contenido
en>El proceso político. EN: ‘ECUADOR, HOY’. Bogotá / Editora
Guadalupe, Siglo XXI Editores de Colombia, 1978. Pág. 180, de 382. /// ¡Sin comentarios!,
SR
[21] Espinel Cedeño, Ileana. EN: Club 7. Ob. cit. Págs. 37, 39 y 41, de 99. Y, además, pág. 34, de 99.
[22] Francisco Franco (1892-1975), destructor de la
República, ejerció la dictadura de 1939 a 1975.
[23] Espinel Cedeño, Ileana. EN: Club 7. Ob. cit. Pág. 34, de 99.
[24] Espinel Cedeño, Ileana. Antología Poética. Guayaquil, Comité pro Homenaje -a IEC- presidido
por Rosa Amelia Alvarado Roca, 2002. Pág. 76, de 112 págs.
[25] Epígrafe (de ‘María Juana Pinto’). EN: Espinel, Ileana. Antología Poética. Ob. cit. Pág. 87, de
112.
[26] Espinel, Ileana. Antología
Poética. Ob. cit. 2002. Pág. 72, de 112.
[27] Espinel, Ileana. ‘Discurso
de agradecimiento (al homenaje a ella ofrecido). Escuela Superior
Politécnica del Litoral, ESPOL, Aula Magna. 23 de enero del 2001, un mes antes
de su fallecimiento, el 21 de febrero. EN: Antología
Poética. Ob. cit. Pág. 23, de 112.
[28] Club 7. Ob.
cit. 1954. Págs. 89 - 95.
[29] Chávez, Alba. Tejiendo
la vida con Coquín (Carlos Alvarado Loor). Guayaquil, PubliFacso, 1993.
Pág. 68, de 475.
[30]‘URJE y el Toachi: Una
generación sin miedo’. EN: Tejiendo la vida con Coquín. Ob. cit.
Págs. 63 - 68. (En la última cuartilla del presente trabajo, se transcriben la
pág. 63 y unas líneas de la pág. 64 <de la fuente citada> que, en
resumen, se refieren al inicio de los llamados Sucesos del Toachi.)
[31] Con este grito se abre ‘La muerte a cada rato’, resumen lírico-épico de la experiencia del
autor en el Toachi, río y selva de Santo Domingo de los Colorados, Ecuador,
1962. 11 títulos, unos inéditos, otros yacen en revistas.
[32] De la dirección
de URJE en Guayaquil, SR recuerda a Alfredo Vera Arrata, Jaime Galarza Zavala,
Edison Carera Cazar . Y, a Carlos Alvarado Loor (Coquín) quien fundó la célula
barrial de 10 de Agosto y Boyacá (Boca-10) donde militó junto a Víctor Andrade
Benalcázar, Francisco Mármol Márquez, Eloy Morán Murillo, Vicente Muñoz
Elizalde, Miguel Panchana, etc. SR
[33] Román Armendáriz,
Sergio. ‘La rosa de papel’, núm. 24 (Colección de Poesía Ecuatoriana). Guayaquil,
Casa de la Cultura, 1990. Págs. 15-16/26. (Director de la Colección: Miguel
Donoso Pareja. / Consejo Editorial: Fernando Cazón Vera, Rafael Díaz Ycaza e
Ileana Espinel Cedeño. / Selección y Nota: Ileana.)
[34] El cultivo de la
Forma (herencia parnasiana) llevó a SR a ensayar dos versiones, ambas
cotejables para fines didácticos.
[35] Según SR, tres
bosques estilístico-ideológicos sostienen y coronan la obra del Club 7: el existencial, el íntimo y el político.
[36] SR,
Correspondencia virtual.
[37] La investigación
debe continuar. Quizá los familiares de Carlos, Ileana, Gastón y David
conserven otros textos. Por mi parte, trataré de disciplinar los míos. Crear una Fundación atinente a esta época para
servir los intereses de la historia de la literatura ecuatoriana, es una idea
plausible. ¡Adelante! SR
[1] ‘Liminar’ de: Román, Sergio. (Para sus) ‘5 Consultas acerca del Club 7 de Poesía’
(Ecuador 1951-1962). <Este documento anexa su propia lista de fuentes
impresas y virtuales>. Costa Rica, 2010.
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