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23 de diciembre de 2009

Resplandor



Un profundo resplandor retumba debajo de cientos de kilómetros de escombros alrededor de los féretros.

¡Bum! ¡Bum! ¡Bum! Se escucha con ritmo constante, en los oídos de quienes se encuentran.

¡Bum! ¡Bum! ¡Bum!...

Los curas salen de sus templos promulgando la leyenda de que solo ellos pueden absolver a los caídos.

¡Bum! ¡Bum! ¡Bum! Sin clemencia golpea cada vez más fuerte.

Era una pequeña ciudad, de doscientos mil exitosos habitantes, a quienes lo único que les importaba era la prosperidad.

Prosperidad que ahora reclama la Pacha.

¡Boom! ¡Boom! La reclama

¡Bum! ¡Bum! ¡Bum!...

El sol se ha desvanecido y, cada vez el lugar se pone más tenue y lóbrego.

¡Hoy es día de los muertos! y sus llantos se escuchan como aullidos, por sobre todos aquellos que todavía tienen sus corazones funcionando a tientas.

Aúllan a la luna.

¡Aquella que ahora no los ve!

Los sacerdotes que inducían a la calma y bendecían lo profano, han subido al altar y degollándose intentan evitar el castigo de los cuerpos que manan, hijos de la luna.

La gente cree con intenso miedo que sus dioses los están castigando mientras escuchan nerviosamente los aullidos con el retumbar de la Pacha, que reclama lo que le pertenece.

¡Bum! ¡Bum! ¡Bum!

Los muertos y el incesante palpitar, invocan la melodía del fuego eterno, que está en el centro, donde todo comienza.

¡Hoy es día de los muertos!... repite sin cesar la Pacha.

¡Hoy es día de los muertos!...

¡Bum!... ¡Bum!... ¡Buuuuuuuuuum!...



Autor

Andrés Herrera

Integrante de los Talleres Literarios de la Casa de la Cultura Ecuatoriana "Benjamín Carrión"

Quito - 2009

21 de diciembre de 2009

La muerte en la literatura

Esposa inevitable, dulce hermana tornera

por Medardo Angel Silva

Ven, muerte adorable y balsámica 
Walt Whitman
                                                       
Esposa Inevitable, dulce Hermana Tornera, 
que al llevarnos dormidos en tu regazo blando 
nos das la clave de lo que dijo la Quimera 
y en voz baja respondes a nuestros cómo y cuándo;

Apenas si fulgura mi lámpara encendida, 
derroché mis tesoros como una reina loca, 
me adelanté a la cita y, al margen de la vida, 
ha dos siglos que espero los besos de tu boca!


La muerte tema recurrente en la literatura universal





SIGLOS XIX Y XX

Escribir acerca de la muerte en la literatura trata de responder a una de las preguntas que, desde siempre, se ha hecho el hombre de cualquier cultura, época o creencia. A continuación esbozaremos algunas de las posturas filosóficas, emocionales o, simplemente, vitales que han adoptado algunos de los escritores de los S. XIX y XX. Gracias a ellos quizá nos entendamos mejor a nosotros mismos, seres pequeños que vivimos en una encrucijada continua: la impotencia de no poder controlar nuestra propia existencia. Puede que, eso, nuestra vulnerabilidad, nos permita seguir avanzando para perpetuarnos, para inmortalizarnos, aunque sólo sea a través de nuestras obras.

Ante la muerte, lo veremos ahora mismo, se mantienen distintas posturas. El cristianismo, por ejemplo, vino a ofrecer un consuelo con la vida después de la muerte. De todas formas, inevitables son los sentimientos de angustia, soledad, miedo a lo desconocido, rebeldía, duda o, simplemente, deseo de supervivencia.

Inseparable es la vida de la muerte, son las dos caras de una misma realidad. Así, el problema del sentido de la existencia humana llega a su grado máximo cuando el hombre se pregunta por la muerte. El sentido de la vida varía, pues, de acuerdo con lo que el hombre piense de la muerte ya que puede considerarla como un fin definitivo ("polvo somos") o puede admitir algún tipo de inmortalidad anímica.
De hecho, se conoce la muerte por la experiencia de ver morir a otros seres humanos. Ya decía Séneca que: "Podemos sentir y conocer la pérdida de un hijo,la de la fortuna, etc. No podemos sentir nuestra propia muerte porque instantáneamente, en el mismo momento de ocurrir, ella nos hace insensibles a todo. Es absurdo el temor por lo que, cuando ocurra, no lo podremos ya sentir"
("Epístola a Lucilio", XXX).

El hombre muere porque en su misma esencia está presente el germen de la muerte. Pero la muerte es algo doloroso y penoso, a pesar de ser natural y comprensible. Y aquí viene la gran paradoja: todos mueren -todos moriremos-, sí ¿pero yo también? Se nos hace difícil pensar en nuestra propia muerte. De ahí que el tema revista tanto interés, a pesar de su aparente inutilidad: la muerte es lo único que tenemos seguro desde el instante mismo de nacer.

La muerte nos atemoriza a todos, pero no por el hecho mismo de morir, sino por no saber qué hay más allá de la muerte. Y así, conectaríamos con otro tema, al que podríamos aludir en otro momento. Tiempo y muerte van unidos. Por eso, a medida que "existimos" nos acercamos más a la muerte.

A continuación ofrecemos una serie de temas relacionados con la muerte que nos servirán para observar y estudiar los aspectos comunes o diferentes de unas épocas a otras, de unas culturas a otras.



Evidentemente, no pretendemos agotar todas las posibilidades. Esto sería una quimera. Simplemente, ofreceremos una muestra antológica, en sucesivas colaboraciones, que nos permitirá apreciar la importancia, no del acto natural de morir, sino de todos los elementos, psicológicos, supersticiosos, lógicos, religiosos, que lo envuelven.

Los subtemas que se podrían tratar, entre otros muchos posibles, y que quizá nos dé tiempo a analizar, en sucesivas colaboraciones, son los siguientes:

-Suicidio
-Aceptación de la muerte
-Asesinato
-Muerte por amor
-Muerte como el fin natural
-Muerte patriótica
-Muerte trágica y accidental (destino)
-Muerte como motivo religioso
-Lamentaciones
-Desengaño
-Huida de la muerte
-Personificación
-Inmortalidad
-Motivo de sátira y burla
-Vida de ultratumba
-Muerte de los animales
-Mejor morir que ser esclavo






LA MUERTE EN EL ROMANTICISMO

La vida para los románticos no es un bien, sino un mal. El alma romántica es un alma atormentada, triste, moralmente enferma, en busca de un ideal inalcanzable, de un sueño que no se ha de realizar.

El pesimismo lo envuelve todo. Si se mira la juventud, el tiempo la destruye. Si se sueña con el amor, el desengaño lo carcome; si se cree en la riqueza o en la fama, pronto se desvanecen. Si se alzan los ojos al más allá, la duda y el misterio nos invaden. Si se cree que la sociedad puede salvarnos, la injusticia y el dolor ponen su nota de amargura.

Vivir ¿para qué? Una angustiosa melancolía, una incontrolable desesperación se sitúan en el corazón.

El mal del siglo es su nombre: "mal du siècle", "fastidio universal".

De un lado está el yo con sus sueños e ilusiones y, del otro, la triste realidad. Eros y tánatos. Los románticos se sienten abandonados por Dios, culpables y solos. Se mueven en el vacío y van a la autodestrucción.

El estado espiritual romántico estaba constituido por una insatisfacción del mundo contemporáneo, de inquietud ante la vida, de tristezas sin motivo y de una no aceptación de la vida y la sociedad. Este estado anímico producía el desequilibrio de las facultades. Para Goethe, los sanos son los clásicos y los enfermos los románticos ("Klassich ist das Gesunde, Romantisch das Kranke").

Si la vida es un mal, la muerte, en consecuencia, es la gran amiga de los románticos. Es la libertadora, la que trae la paz al alma atormentada. Algunas veces se la busca deliberadamente. Russell P. Sebold comenta que es la actitud del suicida y no el suicidio en sí lo claramente romántico: "... lo más romántico no es el mismo acto de privarse del aliento, sino imaginarse la propia muerte como respuesta irrebatible del mal comprendido idealista joven, noble, ambicioso a un mundo indigno, frío, indiferente".

Los románticos, pues, se sienten inclinados por la temática necrofílica. Es el tema de las noches, de los sepulcros, de las aspiración a lo infinito, puesto que la muerte es el camino para alcanzarlo.


LA MUERTE EN EL REALISMO Y NATURALISMO

Bastante distinta es la postura que toman realistas y naturalistas ante la muerte. Por un lado, la ven como un aspecto biológico (sobre todo, los naturalistas) y no le prestan una atención por sí misma; puesto que al escritor realista y naturalista lo que le interesa es mezclarse con la gente, pisar la calle, frecuentar todos los ambientes, saber qué es lo que piensan y opinan sus criaturas; pero siempre en vida, aunque la muerte sea el punto final a algunas de las grandes obras de esta época.

Las novelas realistas tienen un principio, un desarrollo y un final. Como los seres vivos, crecen, se reproducen y mueren. Después, cuando el protagonista muere, ya sólo queda enterrarlo, con mayor o menos dignidad; pero no se permiten volver la vista atrás y darle más vueltas a lo que pudo haber sido. Lo que ha pasado era lo normal, fruto de la vida de esa persona, de sus costumbres, del determinismo; por lo tanto, ya sólo queda iniciar otra historia con un hijo, un pariente o cualquier otro personaje inventado o real.

La característica de estas obras es su absoluta fidelidad a la realidad. No hay notas exageradas, ni melodramáticas, no se cargan las tintas de la sensibilidad, sino que se acude a aquello que un lector pueda aceptar y comprender, sin necesidad de acudir a paisajes quiméricos, ni a angustias del alma.

No pensemos, ni por un momento, que los realistas son insensibles, en absoluto. La muerte, cuando aparece, lo hace rodeada de una aureola de tristeza, de lástima. Si es una muerte accidental de un niño o de una persona joven es aún más doloroso porque se describen las vivencias de los otros personajes. Si es la muerte de un ser anciano, se trata con placidez, con serenidad. Si muere alguien que se arrepiente de sus pecados, también es tratado con benevolencia, incluso lo es cualquier pecador, ya que, en ese trance, sobran las venganzas.

Queda claro, pues, que la muerte es siempre real, nunca imaginada, ni deseada; llega a su hora y hace lo que tiene que hacer, sin que nadie la acompañe, ni la acaricie, ni se complazca con su solo nombre; al contrario, atemoriza, no gusta morir, no apetece que llegue, se la rechaza: hay que vivir lo mejor que se pueda; pero, cuando llega el fin, hay que aceptarlo con dignidad, aunque no todas las criaturas saben hacerlo, de ahí la diferencia entre héroes y antihéroes. Saber morir también es una distinción.





LA MUERTE EN EL SIGLO XX

Hablar de la muerte en el S. XX es hablar no sólo de la literatura, sino del pensamiento, de la historia, de la ciencia, etc.; por lo tanto es casi inútil intentarlo en tan poco espacio porque hay tantas posturas como corrientes, como autores, como personas. De todas formas se puede intentar una sistematización.

El principio de siglo viene marcado por una situación dolorosa, la pérdida de las Colonias, seguida, además, por varios conflictos bélicos (la I Guerra Mundial, la Guerra Civil Española, la II Guerra Mundial,...). Muchos fueron los movimientos de vanguardia que surgieron a raíz de estos hechos (como vimos ya en esta misma sección): Dadaísmo, Futurismo, Superrealismo, Existencialismo... Los autores españoles se dolieron de la situación caótica que atravesaba el país y toda Europa, y clamaron desde sus obras: a veces desde la poesía, otras desde la prosa y el teatro. Los miembros de la Generación del 98 se lamentaron de la falta de medios, de la pérdida de valores; los jóvenes del 27 sufrieron con las muertes de la Guerra Civil y toda la literatura social se hizo eco de estas situaciones paradójicas, contradictorias que permitían que unos muriesen en nombre de no se sabía muy bien qué ya que, al final, todo volvía a ser como antes o peor.

Entramos, por lo tanto, en otro tema que está muy relacionado con la muerte, la guerra. España se dividió en dos bandos y cada uno hizo las tropelías que pudo. Hubo mártires de uno y otro lado, Cancioneros de la Resistencia y teatro de urgencia, pero, sobre todo, hubo dolor y horror ante tanto sufrimiento que se plasmó, básicamente en la literatura de posguerra, la llamada Literatura Social.

A medida que España se adapta a Europa y se va modernizando, entran otros temas y matizaciones; se abandonan los tonos de angustia y se busca la innovación, el arte por el arte. De todas formas, ningún escritor ha dejado de preguntarse nunca por la muerte. Unos lo han hecho relacionándolo con el devenir, con el tiempo; otros con las guerras, otros con el mero final lógico a una vida.

En muchas novelas aparecen muertes de personajes descritas con más o menos intensidad; aunque hay que destacar algo importante: en el S. XX no es el muerto quien más importa, sino los vivos, el dolor que causa en los que quedan, las sensaciones que provoca, los pensamientos, etc. Con ello el lector se identifica mejor con esa acción ya que, a nosotros, todavía no nos interesa saber cómo será nuestra muerte, sino cómo encajar la muerte de los demás e, incluso, aprender a mentalizarnos de ese hecho; pero desde la experiencia de los demás, porque la muerte, por desgracia, no es una experiencia de la que nadie haya podido hablar, al menos de la suya propia.

En definitiva, la muerte no debería ser un tema tabú, pese al respeto o miedo que se le tenga y todas las culturas lo han tratado, desde la religión o el aspecto biológico, desde la angustia o la aceptación; desde el miedo o la burla; desde la truculencia o la contención.

por Anabel Sáiz Ripoll
Doctora en Filología
www.islabahia.com/perso/anabel

Kapac Raymi

Fiesta del Solsticio



Distintas visiones desde algunas culturas que forman parte del Ecuador


Una de las celebraciones más importantes, relacionadas con el astro sol, dios de los pueblos ancestrales y sus movimientos que no debería pasar desapercibida para los habitantes americanos, en especial para los que se encuentran en la zona andino equinoccial, dada la importancia que esta fiesta tenía para nuestros ancestros.
Esta fiesta y las otras que realizan a lo largo del año están relacionadas con los que los pueblos ancestrales conocían como el ciclo astral.


CICLO ASTRAL

El ciclo astral hace relación al flujo de los astros en la convivencia humana, en la práctica ritual, en los conocimientos matemáticos, astronómicas de las culturas, en la dimensión femenina y masculina, en el influjo de los mismos sobre la naturaleza, la creación de mitos entorna a la luna, el sol, las estrellas.

Debido al movimiento de rotación de la tierra el sol nace por el Cayambe por distintos lugares: cuando se produce el equinoccio el 21 de Marzo, el sol nace por la mitad de Cayambe, o en plena línea ecuatorial; cuando se produce el solsticio del 21 Junio el sol nace por la parte norte del Cayambe; cuando se produce el equinoccio del 21 de Septiembre el sol nace por la mitad del Cayambe; cuando se produce el solsticio del 21 de Diciembre, el sol sale por el sur del Cayambe.

El inicio del calendario solar arranca a partir del 21 de marzo tiene una duración exacta de 365 días. De la misma que el sol influye en los seres vivos, la luna influye en su ciclo vital. Hay tiempos para sembrar, para cosechar, para lavar, para bañarse, para realizar rituales, para sanarse, para festejar. La luna ha sido y es por siglos un astro influyente en el ser humano y en su relación con el entorno natural, desde el llullu killa hasta el hunta killa.





Fiesta del Kapac Raymi

El Kapac Raymi o fiesta Mayor, se celebra en los Andes, en las principales huacas o adoratorios comunes y generales de cada nación, pueblo o parcialidad, cada 21 de Diciembre. En esa fecha se produce el solsticio de verano en el hemisferio sur, momento en el que el sol se encuentra en el punto más lejano de la eclíptica solar, con respecto al Ecuador, es decir sobre el Trópico de Capricornio.

Según el historiador ecuatoriano, Padre Juan de Velasco, el "Capac - Raymi, esto es, el mes del solemnísimo baile general, con música y cantos festivos. Se celebra concluida la siembra del maíz, como fiesta última o de fin de año. En ella representaban sus comedias muy instructivas y morales; compuestas por las personas mas sabias de la familia real por la instrucción del pueblo. Concluidas las comedias, comenzaban diversas especies de juegos."

Ubicación

La fiesta del Kapac Raymi se celebra en el Complejo Arqueológico de Culebrillas, ubicado en las parroquias de El Juncal e Ingapirca del cantón y provincia del Cañar.

Motivo y Época de Acontecimiento

Antes de la llegada de los conquistadores españoles a los Andes, las fiestas eran uno de los componentes fundamentales en la vida y cosmovisión de las sociedades aborígenes.

Asociadas con frecuencia al ciclo productivo, en especial a los períodos de siembra y cosecha, las fiestas eran para los nativos verdaderos ritos de integración del hombre con la naturaleza, de los comunidades con sus dioses.
Para la determinación de los ciclos agrícolas y las fechas especiales de los festejos religiosos, los incas y las demás etnias del área Andina, desarrollaron un calendario anual de 12 meses y 360 días.

Las mediciones del tiempo lo hacían con ciertos instrumentos, validos y precisos, constituidos por 12 pilares colocados a una determinada distancia y posición. Cada mes era indicado en uno de los pilares o postes de acuerdo al aparecimiento, dirección y puesta del sol.

Los pilares eran denominados succanga y a través de ellos se planificaban las actividades económicas y las fiestas en el sistema religioso.

Conservación de la Tradición

La fiesta del Kapac Raymi en Culebrillas se inicia aproximadamente un mes antes, con una gran minga general, en la que participan todas las comunidades indígenas del cantón El Tambo, para limpiar los 14 canales de riego y las algas de la laguna, a fin de obtener mas agua para sus cultivos.

El 21 de diciembre, día de la fiesta, alrededor de dos mil personas, entre autoridades locales, dirigentes de las comunidades indígenas, estudiantes, pueblo en general y algunos turistas, se dan cita en la cantera incaica de la Labrashcarrumi, para presenciar el acontecimiento.

Los afortunados llegan a pie, a caballo o en carro, por los diferentes caminos que conducen a culebrillas, llevando comida, chicha y ofrendas para arrojarlas a la laguna.

A las nueve de la mañana aparece el Inca, con su corte, ataviado como entonces cuando era hijo del Sol, y se dirige a los asistentes invitándoles a participar de la fiesta, que terminara ocho horas después en la explanada ubicada junto al desfogue de la laguna.

Al llegar ahí, en procesión y cuando todos han ocupado su lugar formando un circulo junto a las ruinas del centro ceremonial aborigen, el personaje alzando los brazos brinda con chicha y ofrece en sacrificio harina de maíz a la laguna.
Luego, un jurado conformado por las mas altas autoridades de la comunidad, elige a la Ñusta Kapac - Raymi, que pasa a presidir la fiesta y luego de gran banquete ofrecido por los organizadores, llega la euforia con la presentación de los grupos de teatro, música y danza indígena.

En su contexto esta fiesta mantiene ciertas tradiciones indígenas como la llegada del Inca con su corte, la entrada de ofrenda a la laguna y la utilización del vestuario ancestral.

Vestuario

El atuendo masculino de los Cañaris, esta constituido por pantalón negro de lana, camisa bordada en cuello y mangas, cushma o poncho corto de lana, faja o chumbi a nivel de la cintura y sombrero de lana prensada, de forma redondeada.

El femenino por blusa bordada de mangas cortas, polleras de lana con las orillas bordadas, reboso, illiglla o hualcarina sujeto con prendedor o tupo de plata y sombrero de lana igual al de los varones.




¿Qué Celebramos? ¿Kapak Raymi o Navidad?
Artículo escrito por La Recuperación de Nuestros Valores de Identidad, Cultura y Religiosidad de Iván Ignacio del Consejo Andino De Naciones Originarias.

Tras la violenta invasión europea a nuestro continente Abya-Yala se sucedieron una serie de cambios impuestos por la fuerza sobre nuestros pueblos tanto a nivel cultural, político, religioso, económico, militar, jurídico, etc. Estos cambios se dieron de diferentes maneras y procesos, desde las más sutiles hasta las más abruptas y turbulentas. Sin duda que una que una de ellas se dio en el plano religioso cuyos representantes mediante la Santa Inquisición justificaron sus crímenes de lesa religiosidad produciendo la colonización espiritual de nuestros antepasados.
La expansión de la religiosidad occidental tomó la forma de sectas a medida que los conflictos internos en la iglesia católica y el caos cristiano oficiales se iban agudizando irremediablemente. En este proceso es en el que se inscriben por ejemplo la suplantación descarada de nuestras festividades, rituales y ceremonias religiosas, con otros nombres relacionados con la religión dominante, con otros elementos ceremoniales, con otros conceptos y visiones del mundo, y tratando de adecuar y hacer coincidir de modo sutil las fechas más importantes de las festividades andinas en nombre de un supuesto sincretismo religioso.
Y de esta híbrida mezcla emergieron nuevos rituales, nueva simbología, nuevas creencias, etc. que a decir verdad no son mas que grotescas caricaturas de nuestras verdaderas tradiciones espirituales y religiosas, las mismas que en su mayoría son practicadas por la iglesia católica sobre la población criollo-mestiza principalmente en los centros urbano-citadinos en donde mas influencia tuvo la invasión.
Sin embargo de todo esto, conforme pasaba el tiempo y de acuerdo a la tradición y transmisión oral andina, constatamos que en infinidad de nuestras comunidades originarias aun conservamos intacto la semilla pura de nuestra religiosidad, presta a echar nuevamente las raíces, a germinar y brotar como el maíz de la tierra. Esto en el propósito de mostrar lo que esencialmente representa para nuestro mundo andino el porqué de nuestra fe, de nuestra esperanza y de nuestro júbilo.
En nuestros sagrados Andes existen cuatro momentos importantes en el ciclo vital del maíz como referencia esencial, los que científicamente establecidos constituyen determinados puntos en el tiempo llamados equinoccios y solsticios, durante el lapso de un año, tiempo en el que nuestro planeta gira dando una vuelta entera alrededor del sol.
Entre estos solsticios se distinguen nuestras celebraciones del Inti Raymi y del Kapak Raymi, festividades que nuestros antepasados solían celebrar el 21 de Junio y el 21 de Diciembre de cada año, fechas en las cuales el sol alcanza su máxima distancia en su alejamiento del centro equinoccial de la tierra, llamado también el Inti-ñan o Inti-guatana, lo que significa la ceremonia de protección del Padre Sol, el Tata Inti, a fin de evitar que esta deidad suprema se aleje extremadamente de nuestro planeta y, contrariamente, permita la germinación y maduración de los frutos que nacen de nuestra Madre Tierra, la Pachamama, otra de nuestras divinidades supremas.
Nuestros sabios Amawtas y Achachilas de los Andes nos enseñaron a venerar la Madre Tierra, porque ella constituye fuente inagotable de vida, que nos provee de alimentos, nos provee de medios para protegernos de los desastres naturales, nos provee del placer de convivir con nuestros congéneres, con la madre naturaleza y con los otros seres vivientes que habitan nuestro planeta.
Conforme a la naturaleza de nuestra cosmovisión, el equinoccio de septiembre simboliza la época de la siembra, tiempo en el que la tierra muestra su máxima pureza y fertilidad, tiempo en el que ella se muestra desnuda, virgen, con su color y aroma inconfundible, lista para recibir la semilla. Es la festividad del Kuya Raymi, dedicada al agradecimiento a la tierra y al mismo tiempo a la veneración de la feminidad (mujer), porque es ella quien entrega la vida al universo. Esta celebración ha sido superpuesta con la llamada fiesta de la Virgen María por parte de la invasión europea.
Con el transcurrir de los días, las semanas y los meses, la semilla sembrada es alimentada y protegida constantemente por su madre, la tierra, y en sus entrañas, esta semillita sufre una transformación grandiosa, el de la transición de la muerte a la vida, la semilla se transforma y pasa a ser una planta viva, es el momento en que celebramos el renacer de la muerte a la vida, hoy comúnmente celebrado como el día de los difuntos.
Entonces ya cuando el tierra en su desplazamiento sitúa al sol en su extremo derecho, o geográficamente hablando hacia el polo sur, se produce un otro solsticio, el 21 de diciembre. Para este tiempo, la semilla ha brotado del vientre de su madre, ahora ya es una planta, pequeñita y llena de vida. Los ojos de nuestros abuelos y abuelas expresan nítidamente el júbilo que sienten por su hermosura, su bondad, su fortaleza.
A este momento y visión los sabios y Amawtas lo llamaron Inti Kapak Raymi, pues la influencia del sol, sumado a la de todo el cosmos renueva la vida a través de las semillas plantadas en el vientre virgen de la Tierra. Estas tiernas plantitas se comparan a la llegada del niño esperado, y que luego es arrullado en los brazos de sus padres. Como nuestros niños, juguetones, sonrientes y alegres, las pequeñas plantas llegan a poblar la Tierra y ellas darán fruto, seguridad y bienestar a la siguiente generación.
El ritual del Kapak Raymi o la gran fiesta de la nueva vida, ancestralmente se la celebraba con mayor majestuosidad que en los tiempos actuales. Pues como se trataba de una festividad dedicada a la continuación de la vida, estaba explícitamente dedicada a las nuevas generaciones, a los niños y jóvenes, que luego del gran ritual pasaban a formar parte viva, activa y sujetos de la sociedad en sí.




Cuenta la tradición oral, que los mayores engalanaban a las futuras generaciones con obsequios celebrando el ritual de la dotación simbólica a los recién nacidos, de prendas de vestir, los valores más preciados, los útiles y herramientas más esenciales para que ellos sean los continuadores de su compromiso natural adquirido en la vida y que los irían trasmitiendo de generación en generación. Este acto de ofrenda a los menores, se traducía en base al compromiso y la participación recíproca de todos los integrantes de la comunidad.
Tal era la magnificencia de nuestras fiestas, que los invasores venidos de occidente a través de la imposición de símbolos y creencias, tuvieron que buscar modos para reemplazarlas con algo que también tuviera gran peso y esplendor material y espiritual conforme a lo que acontecía en este tiempo. Y esta imposición fue suplantando nuestras festividades.
Por ejemplo la Fiesta del Inti Raymi que se celebra cada 21 de Junio fue maliciosamente yuxtapuesta por la fiesta católica llamada San Juan, una muestra clara de esta intención es que por ejemplo las tradicionales danzas y formas musicales que se bailaban en esa fiesta en la región de Imbabura, fueron denominados "San Juanitos", a fin de demostrar que eran ritmos dedicados a la fiesta San Juan.
Igual hicieron con la fiesta del Kapak Raymi, que lo celebramos el 21 de Diciembre. Pretendieron convencernos de que esta celebración era la misma a la que ellos denominaban la fiesta de la Pascua de Navidad, dedicada al nacimiento del niño Jesús considerado por ellos redentor de la humanidad, y que se la debía efectuar los días 24 y 25 de Diciembre. Igualmente los cánticos y danzas tradicionales de la época llamadas Ch’untunkis fueron denominados Villancicos de Navidad.
Así, bajo el nombre de sincretismo religioso se pretende yuxtaponer valores religiosos traídos de occidente. En la actualidad estas festividades son difundidas profusamente desde El Vaticano, hecho que es muy bien recibido por el mundo capitalista para estimular el florecimiento de la sociedad de consumo.
Este gigantesco proceso de usurpación y suplantación de símbolos y rituales originarios ha ocasionado la pérdida de la identidad de grandes grupos de hermanos y hermanas durante estas más de 5 centurias. En este tiempo del Pachakuti, estamos retomando el camino de la recuperación, estamos re-emprendiendo la senda de la emancipación espiritual, estamos pasando de la reflexión a la acción, a la defensa de nuestras vidas y la de todos los seres que habitan la tierra. Estamos emprendiendo el proceso de sanación del cosmos y la tierra.
Reenviado por : Twpak Mayta. Movimiento Generacional Tawantinsuyu Y Jóvenes Pachakutik Región Sierra Sur.

Navidad o Kapak Raymi

El pueblo indígena Saraguro debería celebrar el kapak raymi el 21 de Diciembre de cada año, fiesta denominada la “La gran fiesta de la nueva vida“.

Fiesta en la cual se da bendiciones en un ritual sagrado hacia los recién nacidos y la dotación de prendas de vestir, artículos más deseados, útiles y herramientas que necesitará para su vida de adulto.

Pero hoy en día se celebra la NavidadEl nacimiento de Jesús” no es que este en contra de la religión católica pero, según historiadores cuentan que precisamente en estas fecha fue impuesta la celebración de la navidad para así contrarrestar lo que en ese tiempo se denominada “fiestas paganas”.

Tratamos de rescatar la esencia cultural de nuestro pueblo, es por eso que en San Lucas desde hace dos años se viene celebrando la celebración de Kapak Raymi paralela a la navidad, tampoco queremos desechar toda la cultura rica que encierra las navidades de los Saraguros en San Lucas.

Pero poco a poco trataremos de celebrar a la par el Kapak Raymi, celebraciones antiguas que realizaban nuestros antepasados, no es que queramos volver 500 o los años que hayan pasado, solo queremos rescatar la esencia de nuestra cultura.

  • Ximena Flores Venegas - Efecto Alquimia. Con la tecnología de Blogger.