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5 de diciembre de 2014

Quito, el milenario...

Antiguo asentamiento




La historia oficial de Quito se empieza a contar desde la llegada de los Incas, mejor dicho desde la fundación española, pero Quito o Kitu, la ciudad milenaria tiene más tiempo de existencia de lo que nos dicen los libros. Este lugar fue un asentamiento antiguo y a sus tierras llegaron pobladores desde distintos sitios y en diferentes épocas. 

Hubo en las poblaciones el deseo de encontrar una tierra que estuviera llena de energía, un centro, como algunos lo llaman, el Ki o Chi, por donde pase el flujo vital de energía y eso es Kitu un lugar cargado de vitalidad. Sea por esto o porque en estas tierras y sus alrededores fácilmente se desarrollan microclimas que hombres y mujeres decidieron establecerse aquí.

Kitu Palimpsesto 





La llegada de múltiples poblaciones a lo largo de miles de años creó en este sitio, el Kitu milenario un palimpsesto de culturas, desde las más antiguas que conocemos por mitos y de las que nos han  quedado pocos vestigios hasta las actuales. Los kitus, los caras, los incas, españoles y los pobladores mestizos son quienes han ido formando urbana y culturalmente a esta ciudad que aún guarda secretos bajo las capas de suelo y será capaz de contarnos algún día su verdadera historia.


Ximena Flores Venegas
05-12-2014

11 de octubre de 2014

Hojas de pared

"Por definición histórica en Ecuador, graffiti viene directamente de las pintadas políticas. Los primeros graffiti contemporáneos fueron graffiti panfletario de mensajes sugestivos ya sean poéticos, de reflexión, existenciales, políticos, etc."


Colegio Nacional Juan Pío Montúfar, Quito - Ecuador


"Liber esto. Felicitatem et gloriam consequto. Salva Cruce" 

Se dice que Eugenio Espejo fue el primero en colocar grafitis en Quito, es decir en difundir mensajes políticos colocando banderas rojas con frases políticas con el fin de despertar a la población y lograr que lucharan en contra de las opresiones. Sea cierto o no, Quito es una ciudad que ha visto a lo largo de siglos sus paredes pintadas o escritas, el tema principal ha sido la política, campañas electorales, disconformidad con el gobierno, etc., pero hoy en día ese tema aunque no ha desaparecido ha quedado en segundo plano frente a la fuerza que ha tomado un movimiento nacido hace casi 20 años.


Colegio Nacional Juan Pío Montúfar, Quito - Ecuador

Actualmente, en casi todo el mundo pueden observarse paredes escritas pero a diferencia de otros tiempos los mensajes que eran políticos en su mayoría han sido remplazados por versos, por frases de amor, por poesías o mensajes positivos. Esto se debe a la presencia en varias ciudades de una iniciativa de poesía urbana nacida 1996 y que firma como Acción Poética.



http://www.accionpoetica.com/acerca-de/


Texto y fotografías: Ximena Flores Venegas
11-10-2014

18 de agosto de 2014

Obituario del Silencio de Enver Álvarez Endara




Cuando el silencio muere
la palabra resucita
y ahí deshabitado
de palabras
con una sonrisa llorona
y un silencio
al candado de sensaciones.

Yo atado a la soledad
me digo
el obituario de tu
silencio
es la palabra
que renace
en tu garganta
y golpea mi poema.

Enver Álvarez Endara


Quizás uno de los momentos más gratos que existe para un escritor es publicar su libro, finalmente saber que nuestros poemas serán presos de otros ojos, de otras mentes, de otras lecturas. Luego de un proceso que duró el tiempo justo y con el auspicio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, el jueves 21 de agosto, podremos deleitarnos con la presentación del libro Obituario del Silencio, del poeta Enver Álvarez Endara.

Veinticuatro poemas conforman el libro que fue publicado por el Fondo Editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Versos en los que sin duda podremos encontrar el reflejo del poeta, del sentimiento, de la soledad pero también nuestro propio reflejo porque las inquietudes de todos son esas que Enver es capaz de ver y de describirlas en un lenguaje de otro mundo que pude ser entendido por afinidad.

“Y tu sombra/ ni es tan oscura/ ni es tan mundo/ y las aguas/ de tu cuerpo/ hacen calma/ en el espejo de la ilusión/ imagen y reflejo/ penumbra y resplandor”

Obituario de culpas de amor.


Presentación de Obituario del Silencio 

Jueves 21 de agosto
19h00
Casa de la Cultura Ecuatoriana
Sala Benjamín Carrión



Enver Álvarez Endara

Ficha del autor

Quiteño, Licenciado en Comunicación Social y en Ciencias Políticas y Sociales por la U.C. Mención de honor en el Concurso de Poesía de la Universidad Central (2003). Ganador del Primer Concurso de Poesía del Taller Cultural Retorno (2009).

Ha publicado los poemarios Microvuelos (2010) y Somos fuego (2012). Consta en los libros de microcuentos Mínimal I y II, y en la antología Trayecto Cero.

Forma parte de los talleres literarios de la CCE y del Grupo Cultural Retorno.


Ximena Flores Venegas
18-08-2014



19 de julio de 2014

La remera

Nuria Barbosa León




El único encargo del joven argentino, Hernán Rodríguez Pleban, al conocer del viaje a Cuba de su madre Sussy, consistió en una remera del Equipo Nacional de la Mayor de las Antillas en cualquiera de sus deportes, pero en especial de béisbol.

Desde pequeño admiró los juegos deportivos y vio a los cubanos cosechar medallas en los campeonatos internacionales: Centroamericanos, Panamericanos, mundiales y Olímpicos. Ahí radicó el motivo para elegir ser profesor de educación física.

Sussy visitó Cuba en el año 2007, en ese entonces Argentina vivía una gran efervescencia. El pueblo levantó una estatua en homenaje al Che Guevara con el bronce recolectado por miles de llaves y pedazos de metal donados para recordar el natalicio 80 de la insigne figura. Cuando la imagen estuvo lograda, una gran multitud acompañó, en caravana masiva, la transportación por barco hasta la ciudad de Rosario donde sería situada.

Sussy tomó algunas remeras blancas y le adhirió la foto de la estatua. Ese sería el regalo preciado para obsequiar a los cubanos en su viaje. Ya en La Habana, la entregó al esposo de una amiga que al verla, dijo:

-Nosotros no necesitamos al Che en un pullover porque lo llevamos en el corazón.

No obstante, aceptó el obsequio, por el significado coyuntural del momento y por su valor utilitario. En Cuba quedó una camiseta que recorrió las calles, recibió sudor del trabajo, perdió su color original, participó en el desfile del Primero de Mayo y se desgastó de tanto uso.

En cambio Sussy deseaba cumplir con la promesa hecha a su hijo, algo imposible de obtener porque en las tiendas de La Habana la comercialización de la ropa deportiva no es común. Compró boinas, guayabera pero no encontró el preciado regalo, por mucho que caminó.

Ya de vuelta, en el aeropuerto se tropezó con el equipo cubano de fútbol que partía a cumplir sus compromisos internacionales y para más suerte, uno de sus jugadores la acompaña en el avión, sentado a su lado.

Conversó de varios temas con el chico hasta que le confesó la deuda. El muchacho tomando precaución de su entrenador para no ser requerido, cedió una de sus prendas de prácticas. Escribió una nota: “Para Hernán Rodríguez, de un atleta del Equipo Nacional de Fútbol de Cuba. Que la cuides y siempre la guardes de todo corazón”.

Con una alegría inmensa, Hernán respaldó el torneo emitido por la televisión. Fueron días de felicidad al conocer de las victorias logradas por los cubanos y saberse dueño de un objeto valioso de quienes protagonizaban esas hazañas. Se sintió feliz, la mostró como un trofeo y la sudó en el trabajo ante los muchachos a quienes les impartía clases.

Un titular del noticiero televisivo cambió el hecho. Hubo varias derrotas consecutivas de los futbolistas cubanos. Los reporteros repetían una y otra vez la noticia para levantar una campaña mediática. Más de la mitad de los jugadores desertaron. Todos, captados por dinero. Tristemente ocuparon las nominas de clubes privados en ligas norteamericanas y europeas.

Hernán se sintió traicionado. Tiró la remera en un lugar oscuro para no recordarla nunca más.



(*) Camiseta

El arte del conocimiento

Nuria Barbosa León, 
periodista de Radio Habana Cuba y Granma Internacional





Entró al aula y su cuerpo tembló, sabía de un control a clase por parte del subdirector docente. En sus brazos los materiales necesarios, el borrador, las tizas, el libro de texto, el registro de asistencia y las tarjetas con el tema resumido.

Miró a sus alumnos, todos uniformados de color azul, con edad superior a sus 16 años. Recordó a su madre, una maestra graduada en la Escuela Normal antes del triunfo de la Revolución que se sumó a la campaña de alfabetización de forma voluntaria y llevó a sus hijos al trabajo con pocos días de nacido.

Gisela Mesa Leal conoció con pocos años del polvo de la tiza, el verde del pizarrón, el olor a libros, el silencio de la atención en una clase y la dinámica de una escuela. Cuando tuvo que decidir por una profesión no lo pensó dos veces, la escuela era parte de sus arterias.

Sus alumnos, de pie, en saludo protocolar esperaban una señal para ocupar sus puestos e iniciar la clase. Como un ritual, cada uno ocupó sus asientos, ella escribió el tema de la clase en la pizarra y en la mención de los nombres de la lista recordó las veces que dijo presente en las aulas de la escuela Ocho de Octubre del municipio habanero del Cotorro, entonces Regional 10 de Octubre.

En los años 70, una gran explosión de matrículas, devenido del ordenamiento para alcanzar grados superiores en la meta del sexto y noveno grado, ideó un proceso acelerado para incorporar jóvenes al Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, creado a partir del segundo Congreso de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media el 4 de abril de 1972.

Se requirió captar a los mejores estudiantes que concluyeran el décimo grado para finalizar el bachillerato formándose en las especialidades docentes, con mayor incidencia en el sur de La Habana, Isla de Pinos y Jagüey Grande, polos educacionales con escuelas internas de nuevo tipo donde convergían estudiantes de diferentes provincias y con desnivel en sus estudios.

Gisela seleccionó la especialidad de historia, las anécdotas escuchadas en boca de su madre de los líderes de la independencia del siglo XIX y las epopeyas históricas narradas, la deslumbró y en un acto de completa voluntad pidió trabajar en el lugar de mayor necesidad. Así llegó a Jagüey Grande en Matanzas.

Una vida conjunta con sus alumnos provocó una madurez prematura para enfrentar situaciones de convivencia, conocer sus interioridades, aconsejar como una madre, buscar soluciones a los problemas, encarar los momentos de tristeza y gozar la alegría del éxito en cada escolar.

Ella, vestida de uniforme color azul oscuro, portando un emblema del 3er Contingente del Destacamento Pedagógico en el brazo izquierdo se encontró al Subdirector sentado como un alumno más al final del aula. Se trataban como compañeros de trabajo y sabía que la evaluación de la clase la ayudaría en su desempeño futuro, pero sintió temor.

Temor traducido en la preocupación por no equivocarse, por vomitar el contenido sin errores, memorizar cada letra, punto o coma, decir lo exacto y encontrar las palabras para enlazar ideas sin tartamudear.

De pronto, un viento abrió la puerta, cerró ventanas violentamente, voló los papeles y ella quedó muda, desconcentrada totalmente. El sudor corrió por sus manos y descubrió las tarjetas elaboradas. Entonces leyó y dictó el contenido en la peor clase de su vida.

Pasado 30 años de profesión, aprendió de aquel momento que las 24 horas del día son insuficientes para preparar un tema y una buena oratoria docente se alcanza cuando se estudia con rigor y se indaga más allá de los libros de textos.

Si le preguntan el significado de la palabra profesor, responde con certeza: persona capaz de cambiar a otras sólo con el arte del conocimiento.

12 de julio de 2014

El Negro

Nuria Barbosa León



Conrado Pérez Almaguer supo desde muy niño que la palabra “negro” significa desprecio, odio y humillación, y que el color de la piel mide diferencias con otras personas.

Nació en la década del 40 en el campo, en un batey azucarero cerca de la ciudad de Puerto Padre, municipio de la actual provincia oriental de Las Tunas, descendiente de un matrimonio con ocho hijos. Para ellos la comida era un lujo y el único alimento posible, extraer guarapo con las muelas.

Conrado y sus hermanos aprendieron los secretos del cañaveral antes de hablar. Sus pequeños brazos amontonaban la caña y la lanzaban a las carretas para contribuir a que la paga del padre rindiera para un plato de harina de maíz en las noches oscuras, acompañados de mosquitos y con la brisa del aire como música.

Su casa, asentada en el camino se hizo como vivienda improvisada porque el dueño de la tierra preveía un futuro desalojo cuando la familia no sirviera para el trabajo. No permitió nunca la siembra de otro tipo de cultivo que no fuera la caña, ni la cría de animales. En tiempo muerto de zafra, el hambre rugía, los ojos enrojecían y en el cuerpo esquelético de los muchachos prendía la fiebre.
Y aunque en tiempo de molienda, aparecían esperanzas en la familia para una vida mejor, estaban condenados al pago del colono a través del bono de hasta tres pesos con el que podían adquirir los productos en la bodega, propiedad del propio dueño y conformarse con las escasas mercancías ofertadas.

Allí, los vecinos: Benjamín Mayo impedía que en su finca sin cultivos fueran tomadas las ramas secas para convertirlas en leña para el fogón, y Amado Manresa se creyera el dueño del agua prohibiendo el acceso al único pozo de la zona. Pero además, Conrado y su familia, sufrían el desprecio por ser negros. Los llamaban los “negritos”.

La palabra “cambio” se convirtió en la fuerza para acompañar a los barbudos de la Sierra Maestra a través de las noticias escuchadas por boca de alguien. Cuenta Conrado que se aferró al 1ro de enero de 1959 para nunca más triturar caña con los dientes.

Hoy vive en el poblado tunero de Vázquez, labora en una cooperativa agropecuaria, cosecha caña y produce sus propios alimentos. A nadie le importa el color de su piel y lo destacan como buen trabajador. Lo admiran por sus aportes productivos y su familia es valorada porque cuando empieza la zafra, todos se meten en el cañaveral.

Su casa de mampostería la construyó el Ministerio del Azúcar como a los demás trabajadores del lugar. Sus cinco hijos, junto a los otros chicos del pueblo, estudiaron lo que han querido y hasta donde han querido. Lamenta que sólo uno haya quedado en las tierras para cultivarlas.

Ya no siente pavor cuando lo llaman “Negro”.

Nuria Barbosa León

(La Habana 1966) 



Graduada en Lic en Filosofía Marxista-Leninista con estudios en la Universidad Lomonosov de Moscú, también máster en Ciencias Sociales de la Universidad de la Habana. Labora como periodista en el Semanario Granma Internacional y en Radio Habana Cuba con diplomados en Periodismo y Periodismo Digital.

Sus escritos pueden leerse en innumerables sitios web alternativos y tratan las diversas epopeyas libradas por la Revolución cubana en su peregrinar por alcanzar una sociedad diferentes. En ellos están representados los verdaderos protagonistas del pueblo, participantes de acciones heroicas.




Su primer libro “Por ese motivo” fue editado en Argentina por la editorial OsAma, y en la actualidad los internautas disfrutan de sus historias, con el peculiar hilo conductor de proponer un  cambio social hacia más justicia social y mayor equidad.

28 de abril de 2014

Política y poética

CLUB 7, POÉTICA Y POLÍTICA  [1]  

Sergio Román Armendáriz (1934),
miembro del Club 7 de Poesía
(Guayaquil, 1951-1962),
se presenta en este 
1er. Encuentro
de Grupos y Talleres
literarios del Ecuador
(Quito, Casa de la Cultura, 2010),
y entrega los siguientes apuntes:


Me llaman Sergio Román Armendáriz

Nací en 1934 y fui miembro del CLUB 7 [1] de Poesía de Guayaquil (1951-1962) y de la Unión Revolucionaria de la Juventud Ecuatoriana (URJE, 1959-1963). [2]

Mi edad arrastra incomodidades que no me han permitido asistir a esta entrañable actividad. Presento disculpas.

De acuerdo con los términos de este ‘Encuentro’, cuyo ‘Foro 2’ indaga acerca de las ‘formas de aproximación de los grupos y talleres literarios a lo político’, [3] ahora, cincuenta y siete años después del nacimiento oficial del Club 7, empezaré presentando a mis cómplices y rindiendo un tributo de afecto a su memoria:

David Ledesma Vázquez (1934-1961)
Gastón Hidalgo Ortega (1929-1973)
Carlos Benavides Vega (1931-1999)
Ileana Espinel Cedeño (1933-2001)

Por la amistad y por el número, nos bautizamos ‘Club 7’.

Aunque pronto, de septeto nos convertimos en quinteto, decidimos mantener la cifra cabalística y, con ese membrete, aparecimos en el Reportaje fundacional que se publicó en el suplemento dominical del diario El Universo de Guayaquil, el 8 de noviembre de 1953, págs. 6 y 11 y, también con ese nombre, emergió nuestro primer libro plural, el 12 de marzo de 1954.

Seis años más tarde, fuimos tres. Por eso, firmamos nuestro segundo libro plural con la figura geométrica denominada ‘Triángulo’, membrete que emergió el día primero de septiembre de 1960.

Y, desde el 30 de marzo de 1961, fecha del suicidio de David Ledesma, la entropía ha venido cumpliendo su ley:

Gastón Hidalgo (en 1973)
Carlos Benavides (en 1999)
Ileana Espinel (en 2001)

Hoy, 2010, soy ‘Uno del Club 7’, espejo bisémico que agrupa mi breve producción escritural de entonces.

Siete, Cinco. Tres. Uno. ¡Nada!  Así, de fácil.

Entraré en materia subrayando dos puntos:

1ro.- Que, por razones obvias, esta confesión la hago a título singular, aunque a veces por presiones de la redacción, use el ‘nosotros’ de la primera persona del plural.

2º.- Que el CLUB 7, en conjunto, nunca tuvo matrícula política, pero sus miembros, coincidimos en posiciones democráticas, aunque sólo yo ejercí militancia directa, en URJE.

Para continuar nuestra charla, les invito a pasear por uno de los tres bosques del Club 7: el compromiso social. (Los otros dos bosques son: la deriva existencial y la floración íntima.)

Iremos recordando a cada integrante de nuestro colectivo en el orden estricto de su adiós.

DAVID (1934-1961)

David Ledesma Vázquez ascendió de intuitivo simpatizante de la causa, a la condición de militante que se expresó no sólo con uno de sus tres acentos, el épico, sino que retrató de cuerpo entero su convicción cívica en ‘Aquí… ¡Cuba!’, el  programa radiofónico semanal que creó y retransmitió en todo el país desde agosto de 1960 a marzo de 1961, para, de acuerdo con su lema, ‘decir la verdad histórica de la Revolución sin temor ni miseria’.  [4]

Por prisa, se me atribuye la paternidad del programa pues siempre, por devoción al Parnaso, en poética, y al socialismo, en política, el extremista del Club 7 fui yo, pero, en verdad, por lo menos en el caso de ‘Aquí… ¡Cuba!’, la idea germinal fue de David. Él me la propuso y yo le acompañé. El mérito le pertenece. Además, sólo él podía realizarla porque era un influyente profesional de la radio. Él tenía la voz y la imagen y los apoyos técnicos que le permitieron concretarla y hacerla circular por todas las coordenadas de nuestra tierra. Y así fue. Cuando murió, el programa aparentemente desapareció con él. Subrayo el adverbio ‘aparentemente’ porque sus ideas, las que fluyeron en esas ‘transmisiones (donde) leía poemas comprometidos y manifiestos a favor de la revolución cubana’,  [5]  hoy se multiplican y están más vivas que nunca.  Al igual que su poesía.

Fue, en ese momento, el del programa radiofónico, cuando David estuvo más cerca de URJE.

Debo mencionar, también, que en diciembre de 1960 y enero de 1961, en calidad de integrantes de la delegación ecuatoriana, él y yo, visitamos Cuba invitados, al igual que un par de centenares de camaradas del mundo, a la apertura del Año de la Educación en la Isla levantada en armas contra el Imperio.

De nuestra estadía, allá, él rescató imágenes y verbos para su ‘Cuba en el corazón’ y yo, para mi ‘Varón en La Habana de mil novecientos sesenta y uno’, páginas, las de él, traspapeladas, hoy. Y las mías, inéditas, con excepción de algunas líneas que incluyó la revista ‘Mañana’ (1958-1963) publicación que, dirigida por Pedro Jorge Vera, difundió su eslogan esperanzador: ‘porque Hoy se construye el Futuro!

Quisimos, David y yo publicar ‘Dúo’ para integrar ambos poemarios y continuar la táctica de colaboración mutua que caracterizó al grupo, pero su muerte y mi exilio truncaron ese afán.

Para David, la revolución fue un asunto del corazón. Y no por simple rima, sino por entusiasmo.

De allí que, en aras de cumplir un ejercicio retórico de metonimia, he pensado que su ‘Cuba en el corazón’ puede sustituirse por ‘Revolución en el corazón’, pues este sello abarca la visión socialista del mundo que captó y proyectó Ledesma Vázquez, de quien, a pesar de la dispersión de sus textos de ‘Aquí… ¡Cuba!’, permanecen otros, por ejemplo, sus ‘4 poemas por Guatemala’  [6] (motivados por la invasión yanqui a ese país centroamericano, en 1954) y su ‘Castro en Manhattan’ (motivado por la presencia de Fidel en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1960),  acentuando esa curva de sensibilidad humana  que arrancó con el primer poema conocido de él, su ‘Canción del picapedrero’, en 1951,  [7] y culminó con ‘Guerrilleros’  [8], versos publicados en 1961.  

¡Los títulos lo dicen todo!: ‘Guerrilleros’ y ‘Picapedrero’ son vocablos y conceptos que no necesitan comentarios en el contexto dentro del cual estamos sosteniendo esta conversación.

Lo propio, ‘Castro en Manhattan’, cuyos versos primeros contrastan la labor parasitaria de los banqueros de Wall Street con la presencia del Hombre de Sierra Maestra. Oigamos su vaticinio:

‘Los banqueros / cerraron las ventanas: había llegado un soplo de aire limpio.’ (…) ‘¿Qué rayo ha descendido? / ¡Oh Manhattan!, vieja isla, ha llegado tu día; / el Hombre de Sierra Maestra ha pisado tu suelo. (…).’  [9]

Estoy citando la versión de la Obra Poética Completa, muy bien cuidada, excepto por el cierre donde hace falta un verso fundamental.

Para demostrar la afirmación que acabo de hacer sin desconocer el importante trabajo que exige la mencionada Obra Poética Completa de Ledesma Vázquez, transcribiré los tres versos finales que aparecen en la publicación citada.

Esos tres versos son:

‘Un barbudo titán hiere tu tierra
para decir con su garganta enorme:
¡América Latina que es tuya!’  [10]

Este último verso: ‘¡América Latina que es tuya!’ (sic) queda en el aire tratándose sobre todo de un poema que transparenta la realidad inmediata, no la simbólica.

Algo falta entre ‘América Latina’   y  ‘que es tuya’.  
Falta: ‘reclama de pie’.

La solución es la siguiente:

‘Un barbudo titán hiere tu tierra
para decir con su garganta enorme:
¡América Latina, reclama de pie  [11]
la Libertad que es tuya!’ 

Y, ¿de dónde saqué esta solución?  Si les digo que la tomé de mi memoria (lo cual es plausible), esta afirmación técnicamente no será aceptable. Pero, si revisan el capítulo dedicado a David Ledesma Vázquez en la edición virtual del Diccionario Biográfico del Ecuador que fundó, estructuró y dirige el Dr. Rodolfo Pérez Pimentel, allí encontrarán el poema completo.

Para quienes estudien el tema, haré la inmediata aclaración respetuosa. Les diré lo siguiente: Creo que se trató de un error explicable en trabajos tan exigentes como recopilar póstumamente una Obra Poética Completa. Un error subsanable en una próxima edición. [12]

Importa subrayar que ‘Castro en Manhattan’ confirma la calidad expresiva y la posición ideológica de David Ledesma Vázquez.

GASTÓN (1929-1973) y CARLOS (1931-1999)

Carlos Benavides Vega y Gastón Hidalgo Ortega fueron nuestros amigos, siempre solidarios pero algo inasibles. En este sentido, su carácter era parecido.

Atribuyo la inasibilidad de Benavides Vega, a su sencilla timidez. Huía del trato con los demás, pero con elegancia. Colega de la radio, fue -sin embargo-, para David, un éxito el incorporarlo en nuestra aventura editorial donde aportó frutos exquisitos. Los mismos que aportó Gastón, a quien, Ileana logró sumarlo al grupo en ciernes.

GASTÓN.- La inasibilidad de Hidalgo Ortega, no huía de nosotros. Nos aceptaba. Lo recuerdo cómodo en nuestra compañía. Fue solidario también pero inmerso en un silencio absoluto incluso cuando las primeras cervezas empezaban a estimular la plática. Impecable en el vestir. Corrector minucioso de pruebas de imprenta, ése era su quehacer laboral, origen de su orden y limpieza. Y, en contraste, propietario de imágenes escalofriantes y anárquicas en su condición de heredero del verso decimonónico de los aedos malditos, lo que no le impidió disfrutar la narrativa del cholo, del indio y del montubio ecuatoriales, faena que nos contagió su biblioteca personal. [13]

Entre sus figuraciones inmóviles, de pronto, Gastón, enciende un relámpago sobre el aspecto social de la vida.

Verbigracia: En su ‘Canción del Esplendor Único’ encontramos: ‘(…) Y tus manos -dos cálices de Dios- / descubren la ternura en la manzana, / en el pan de los pobres y en la frente / ardida de violetas de la madre. (…)’ . Y en su ‘Elegía de la Angustia’ menciona: ‘(…) El miserere trágico de una mesa sin pan… (…)’ . Y en ‘Tormento’: ‘Pobre soy, ¡oh, amigos! / Mi pan lo di al mendigo ciego que buscaba su vida en una carbonería / y dejé, para mí, un granito de maíz equívoco / en mi plato de piedra.’  [14]

A Gastón no le conozco más poemas que los ocho del libro plural de 1954. Vuelvo a la semejanza con Carlos cuando menciono que, a lo mejor, su familia conserve la herencia de sus manuscritos que, recuerdo, mantenía limpios y en orden, reflejo de su constante trato con textos originales en vías de impresión.

No puedo dejar de transcribir (de su lira íntima y existencial),  el efluvio tomado de ese ‘Cantoral de la Sangre’, que Gastón dedicó a su amada Ileana:

‘¿Qué ignoto alfarero te dio ese discurrir / de florecida esencia, ese caer / de finos cristales de alehelíes / y la polifonía inmensa de las sagradas cosas?’  [15]

Estremecen estas imágenes de Gastón Hidalgo Ortega.

CARLOS.- Retornando a Benavides Vega, de él recuerdo su seudónimo para la radio y la escena: ‘Álvaro San Félix’, o fue a la inversa pero, sin resolver esta duda, reviso de memoria nuestra correspondencia, y lo imagino estampando antes de su rúbrica, un adjetivo con inicial mayúscula, ‘Invariable’

Amigo solidario pero inasible. Tanto lo fue que de su obra lírica sólo conocemos los siete poemas con los cuales participó en el libro plural de 1954, todos pertenecientes a la intimidad. No incursionó en la épica social aunque, a lo mejor, entre los papeles que heredó su familia, reposen textos que puedan sorprendernos porque su oído fue sensible y su pulso, fino.

Es raro que alguien con esas cualidades, apague su inspiración después de abrir nuestro libro plural, de 1954, con ese ‘Inventario’ suyo donde resplandece una alegoría paradigmática, así detectada porque capta la comunión del sentido figurado y del sentido recto del fluir de los sintagmas.

Ejemplifico. Carlos Benavides, dibuja: ‘(…) Y quise del amor su fruto de agua, / sus arcos más prohibidos, / y su flor desteñida de ceniza (…)’. [16]

Aparente fue su deserción de la poesía porque él llevó esa sensibilidad a la historia, a las radionovelas y al teatro, campos donde explayó su estilo y su compromiso.

En 1988, el Instituto Otavaleño de Antropología le publicó su tesis de licenciatura en Historia (grado académico girado por la Universidad Católica de Quito): ‘Monografía sobre Otavalo’. [17] Esta materia es raíz de ecuatorianidad.

En 1962, obtuvo el segundo premio de un Concurso Nacional de Obras de Teatro (certamen promovido por la Unión de Periodistas de Quito), con “Las ranas y el mar’, pieza ‘de tendencia revolucionaria’ [18] y antimilitarista que publicó precisamente en ese clima de desazón ambiental  [19]  en el que cuatro coroneles ejecutaron un  golpe de Estado contra el gobierno legítimo del Dr. Carlos Julio Arosemena Monroy. [20]

Su lenguaje escénico inspira una agradable opción de representación y admite una fértil lectura política, herramientas con las cuales la  ideología y el estilo dialécticamente integran una curva creativa y crítica, fruto de la pluma paciente y prolija de Carlos Benavides Vega.

ILEANA (1933-2001)

Ileana Espinel Cedeño  traza una curva similar cuando examinamos su poemática, no sólo la que ejecutó en el Club 7, sino la que ofició aún después, en su plenitud y en su epílogo.

Ileana moduló la desafiante curva de la denuncia social.

Veamos. De sus once poemas que constan en el libro plural de 1954, allí se exhiben –tres– de claro compromiso: ‘Ésta es la hora’, ‘Como una rosa blanca’ y ‘En mi suelo’.  Y –otro–  ‘Canción para el gitano eterno’, diferente de los anteriores por su tono lírico que fermenta una acusación directa.

El primero empieza proclamando: ‘Ésta es la hora / del Hombre aniquilado por la noche, (…)’. El segundo, ‘Como una rosa blanca’ comienza sufriendo: ‘Pobre niño que cruzas, desnutrido y descalzo / las calles de mi puerto, (…)’. El tercero, ‘En mi suelo’ se abre apuntando: ‘Sucede que las cosas andan mal en mi tierra.’  Y, además,  en su composición dedicada a García Lorca, ‘Canción para el gitano eterno’ castiga, con certera invectiva, al Jefe máximo del fascismo español de quien exhibe su ‘(…) mano endurecida (…) / eternizada en pus!... [21], áspera sinécdoque que abarca el cuerpo y el alma, si la tuvo, de ese siniestro Caudillo  [22] ‘(…) que cubrió de cruces (…)’ [23] su país.

Pero, esas voces comprometidas no se quedan en el aire. Vuelan y encuentran su póstumo punto de apoyo en ‘La inútil democracia’, composición fechada el año dos mil pero publicada, en libro, el dos mil dos y dedicada: ‘Al pueblo empobrecido de mi patria’. ¡Sin comentarios!

Desde el título: ‘La inútil democracia’, el poema cuestiona el sentido del sistema burgués porque la autora expresa en castellano directo que la tan mencionada ‘democracia’ no sirve para nada. Es ‘inútil’.

El adjetivo debe ser preciso. Aquí, lo es.

Ya ‘En mi suelo’, en 1954, Ileana detectó que ‘(…) las cosas andan mal en mi tierra’, y luego de cuarenta y seis años, en ‘La inútil democracia’ señala que esas cosas están peor, de tal modo que la autora con valentía (y con vigor, a pesar de la cruel enfermedad que la captura) denuncia esa barbaridad en ocho estrofas tejidas con endecasílabos perfectos que, sin ocultar la llaga, convierten el problema en oro épico:

‘(…) Esta nación colmada de riquezas, / de minas, de sembríos, de hombres buenos, / se nos cae a pedazos se nos muere / por políticos falsos y nefastos, / por entreguistas neoliberales.’  [24]

El sustantivo ‘políticos’, es calificado por Ileana  con un par de tenazas adjetivales, pues les llama ‘falsos’, esto es, fingidores o engañadores, a lo cual, añade, ‘nefastos’, esto es, ‘detestables’, o sea sujetos que,  por servir bastardos intereses de clan,
 traicionan su deber con la comunidad y olvidan a la polis que los eligió o que ellos raptaron con promesas demagógicas.

Más claro no canta un gallo.

En preceptiva, el treno implica una lamentación por alguna desgracia. De allí que Ileana reafirma su compromiso en su volumen de 1972, ‘Tan sólo trece’, sembrando allí, dos trenos, ‘María Juana Pinto’ y ‘La sangre solidaria’.

‘María Juana…’, se inspiró en una noticia que dio a luz el diario El Comercio de Quito, el 13 abril de 1970, y que la autora empleó en calidad de epígrafe: ‘Una humilde mujer fue victimada a golpes, en presencia de sus tres hijos pequeños, cuando fue sorprendida por el cuidador de una hacienda, llevándose una botija de agua.’  [25]

El segundo treno, `La sangre solidaria’, lleva una dedicatoria implícita que reza: ‘Pensando en Biafra y en Vietnam’.  Es oportuno memorar que ambos lugares representan la muerte masiva: Vietnam por la guerra que provocó y perdió el imperio yanqui (1955-1975), Biafra por el hambre africana azuzada y engordada por pugnas colonialistas (1967-1970). [26]

Si esto no es ‘compromiso’, díganme ¿qué lo es?

Un mes antes de su muerte, agradeciendo un homenaje universitario, bautizó su compromiso, así:

- (…) ‘Yo creo firmemente en Dios y (…) creo en la bondad del corazón humano, (…).’ [27]

SERGIO (1934)

Sergio Román Armendáriz cumple su curva estilístico-ideológica desde sus tres inscripciones en el primer libro plural:  [28]  Parábola del Único Camino (canto por la opción revolucionaria), Motivo Universal (canto por la paz entre los pueblos) y  Puerto Rico en el Llanto (canto contra el colonialismo),  hasta ‘Varón en La Habana’ (1961) y ‘La muerte a cada rato’ (1962), doble resplandor.

Así, en ‘Hospital Militar’, (Quito, abril de 1962), donde estuvo herido [29] e incomunicado por los sucesos del Toachi, [30]  señaló:

‘Por esta puta libertad, todo lo diera / por llevar el sol en mitad de la cara / por el mantel que la madre me prepara / por esta puta libertad, todo lo diera. / Y por la amante y su cálido castigo / por el vino y el libro y el amigo / por esta puta libertad, todo lo diera. / Atrás del insomnio, a la manera / de ebrio buque herido / llaga la poesía prisionera / y lo que pudo ser y nunca ha sido / y lo inútil que soy, ¡todo lo diera / por  esta santa libertad que me ha perdido!’  [31]

Y, al calor de la campaña electoral de 1959 – 1960  cuyo lema fue ‘Parra - Carrión / Revolución’,  (cuando, orientados por el Dr. Rafael Galarza Arízaga, las juventudes de los partidos Comunista <PC> y Socialista <PS>, más la juventud de la Concentración de Fuerzas Populares <CFP> y el aporte de jóvenes independientes pero progresistas, consolidamos URJE [32],  principal apoyo de masas citadinas del binomio presidencial constituido por el Dr. Antonio Parra <Rector de la Universidad de Guayaquil e internacionalista> y por el Dr. Benjamín Carrión <maestro suscitador de maestros>, correntada histórica en cuyo clima efervescente),  yo concebí un par de estancias para ser musicalizadas: ‘Mapa de la patria’ y  ‘Oración laica por Alfaro’ que incluí en la Colección de Poesía Ecuatoriana que edita la Casa de la Cultura del Guayas. [33]

Ahí, en 1960, en medio de las apasionadas luchas callejeras que a nosotros nos trasladaban imaginariamente a la toma del Palacio de Invierno en los días de la revolución rusa, una y más veces fui a dar con mis huesos a las celdas del ‘Cuartel Modelo’ donde
terminé de darme cuenta de que nada tienen que ver ciertos apelativos con la realidad pues, a guisa ¿de qué o por qué se apellidaba ‘Modelo’? ese establecimiento, a menos que se refiriera a la perversión, a la insalubridad y al hacinamiento, triple ambiente que me impulsó a escribirle a mi noviecita de entonces una ‘Carta desde la celda 13’ que empieza con esta espada:

‘Cercado por los cerdos sedientos / aquí me tienes al fondo de esta cárcel. / Amor mío, en libertad o tras la reja / el sueño dibuja tu imagen…’

Y, veintitrés renglones adelante, interrogo:

‘¿Hasta cuándo esta sed de justicia / castiga nuestra espalda constante / mientras tu beso me alcanza todavía / ¡golpe de luz y mar, al fondo de esta cárcel!’ 

La publiqué en un par de revistas y en el suplemento literario de La Nación que dirigió Dora Durango en Guayaquil. Pero, de alguna manera paradójica, esta carta continúa inédita. [34]


COLOFÓN

Con las salvedades anotadas, al cerrar este paseo por uno de los tres bosques citados  [35], el político, concluyo esta charla afirmando que, como CLUB 7, jamás nos afiliamos ni pertenecimos a ningún partido, pero nuestra autonomía no fue obstáculo para impedirnos coincidir, con los matices expuestos, en similar orilla ético-estética y en parecidos comportamientos democráticos. (Pero, como individuo, yo, Sergio Román sí fui miembro de URJE.)


Aunque Ileana Espinel, Gastón Hidalgo y Carlos Benavides mantuvieron una actitud progresista, su prioridad fue la acción literaria. En David, todo él, era ese ‘Fuego sin Tregua’ del compromiso social y de la deriva existencial y de la floración íntima que terminó consumiéndolo demasiado pronto.  Por eso,  sólo por razones expositivas, su labor admite ser segmentada. Es única. [36]  En Sergio, la prioridad fue la acción política.

Resumo, cada caso, esta vez en orden alfabético:

Carlos Benavides.- Su compromiso social consta en su pieza antimilitarista ‘Las ranas y el mar’ y en su tesis universitaria dedicada a Otavalo.

Gastón Hidalgo.- Exceptuando algunos fosfenos de tipo social, su compromiso era existencial e íntimo, pero fue solidario en los momentos ásperos.

Ileana Espinel.- Con algunos rayos de denuncia social que riman con su fe en Dios, expresó su compromiso. Fue concejal de la municipalidad de Guayaquil.

David Ledesma.- Labrando una singular épica enriquecida con pinceladas líricas y contrastes dramáticos, proyectó su compromiso, asumiendo su simpatía por la causa revolucionaria por medio de su programa radiofónico ‘Aquí… ¡Cuba!’ (1960-1961).

Sergio Román.- Su compromiso lo llevó del verso a la acción directa afiliándose a URJE y participando en los sucesos del Toachi, a raíz de lo cual tuvo que abandonar el Ecuador. [37]

Quienes conformamos el Club 7, vivimos la fraternidad entre nosotros. Y con nuestro pueblo, intentamos oficiar la solidaridad.


Compañeras y compañeros:

Reitero mi gratitud al maestro Diego Velasco por la invitación para participar en este Encuentro, a Ximena por su ayuda y, a ustedes, por su compañía.

Quedo a vuestra orden, en: ‘sergioroman.com’  y,  me despido con el lema de URJE: ¡Lucha Heroica por una Patria Nueva!

Gracias,

Sergio Román Armendáriz
CR, 31 de octubre de 2010

Ex Libris

LOS SUCESOS DEL TOACHI
(cita resumen de su inicio)

‘El 6 de abril de 1962, el diario El Universo, en su primera página, da cuenta de que grupos armados han aparecido en las montañas de Santo Domingo de los Colorados. / A la época, la Dirección Nacional de URJE, frente a los acontecimientos de carácter nacional e internacional, había decidido iniciar un entrenamiento militar de sus integrantes. Eran jóvenes de diversos partidos políticos, agrupados bajo las siglas de la Unión Revolucionaria de la Juventud Ecuatoriana, URJE. / En Guayaquil, se sabía muy poco de esta decisión, y se comunicó a algunos de sus dirigentes, entre ellos, a Coquín (Carlos Alvarado Loor). Él no lo pensó dos veces, y decidió partir hacia Santo Domingo. Lo hizo en compañía de sus más íntimos amigos, Pancho Mármol, Miguel Panchana y Sergio Román Armendáriz, que fueron los únicos de Guayaquil que integraron esta actividad, conjuntamente con Edison Carrera Cazar, presidente ocasional del Consejo Provincial (del Guayas), pero que pertenecía a la
dirección nacional de URJE. / ‘Nos habían hablado de entrenamiento pero cuando llegamos era otro el objetivo. (…)’  <le manifestó Coquín a la autora –Alba Chávez->.

Chávez, Alba. ‘URJE y el Toachi: Una generación sin miedoEN: Tejiendo la vida con Coquín (Carlos Alvarado Loor -Coquín-, dirigente urjista, es recordado -en este libro- por la Dra. Alba Chávez, su esposa y  camarada). Guayaquil, PubliFacso, 1993. Págs. 63-64, de 475.

CR, 8 XI, 2010




[1] Acerca del Acta (tácita) de Fundación del CLUB 7, véase: ‘POESÍA DEL CLUB 7’. Guayaquil, Diario El Universo, Suplemento Dominical, 8 de noviembre de 1953. Págs. 6 y 11.

[2] Acerca de URJE, véase: Diario El Universo, 6 de abril de 1962, Primera Página. / Y: Chávez, Alba. ‘URJE y el Toachi: Una generación sin miedo’. EN: Tejiendo la vida con Coquín (nombre familiar de Carlos Alvarado Loor <1939-1992>, dirigente urjista, quien es recordado -en este libro- por la Dra. Alba Chávez, su esposa y  camarada). Guayaquil, PubliFacso, 1993. Págs. 63 - 68, de 475.

[3] El texto puntual dice: “Foro 2, ‘Los grupos y talleres literarios históricos en el país y sus formas de aproximación a lo político’. En: ‘Brutal como el rasgar de un fósforo’. Convocatoria al 1er. Encuentro de Talleres Literarios: Gustavo Garzón Guzmán. ‘Programa del evento’. Pág.  s/n. Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 10, 11 y 12 de noviembre, 2010.”

[4] David Ledesma Vázquez (DLV).  EN: Pérez Pimentel, Rodolfo.     Diccionario Biográfico del Ecuador. www.diccionariobiograficoecuador.com / Véase, además, Cronología biográfica de DLV.  EN: Ledesma Vázquez, David. Obra Poética Completa (Colección Memoria de Vida). Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana. 2007. Pág.  27, de 267.

[5] Cronología biográfica de DLV.  EN: Obra Poética Completa. Ob. cit.  Pág.  27, de 267.

[6] DLV. Obra Poética Completa. Ob. cit. Págs. 171 – 174, de 267.

[7] ‘Cronología biográfica’ de DLV. EN: Obra Poética Completa. Ob. cit. Nota al pie de la pág. 143, de 267.

[8] DLV. Obra Poética Completa. Ob. cit. Nota al pie de la pág. 196, de 267, donde se menciona: ‘Publicado en la revista Mañana, abril de 1961’.   

[9]  DLV. Obra Poética Completa. Ob. cit. Págs. 201 y 202, de 267.

[10]   DLV. Obra Poética Completa. Ob. cit. Pág. 202, de 267.

[11]  DLV. EN: Pérez Pimentel, Rodolfo. Diccionario Biográfico del Ecuador, Ob. cit. Allí se apunta: ‘reclama en pie’. (Modulador de la eufonía y del dramatismo, David debe haber usado la preposición ‘de’, exacta para el caso: ‘reclama de pie’).  

[12] O, de inmediato, con una Fe de erratas (que, por lo menos, atienda esta omisión). Tal sugerencia debe verse como un aporte a la faena de todos, SR

[13]  La biblioteca de Gastón estuvo compuesta por Diccionarios, Narrativa ecuatorial  de los años treinta y Poesía decinónica francesa con sus ‘decapitados’ de Hispanoamérica y con las anti-letras provenientes de algunos policéfalos vanguardistas, ambos grupos proveedores del enriquecimiento lexical. (Cuando alguna vez, rompió el silencio que la nostalgia hiperboliza, Hidalgo se auto-preguntó: ‘¿Para qué más?’)

[14]  Hidalgo, Gastón. ‘Canción del Esplendor Único’, ‘Elegía de la Angustia’ y ‘Tormento’. EN: Club 7. Ob. cit. Págs. 55, 57 y 62, de 99.

[15]  Hidalgo, Gastón. ‘Cantoral de la Sangre’.  EN: Club 7. Ob. cit. Pág. 47, de 99.

[16]  Benavides, Carlos. ‘Inventario’.  EN: Club 7. Ob. cit. Pág. 11, de 99.

[17] Carlos Benavides Vega. EN: Pérez Pimentel Rodolfo.  Diccionario Biográfico del Ecuador. www.diccionariobiograficoecuador.com

[18] Carlos Benavides Vega. EN: Pérez Pimentel Rodolfo.  Diccionario Biográfico del Ecuador. www.diccionariobiograficoecuador.com

[19] Desde el 7 de noviembre de 1961 (cuando termina abruptamente el 4to. Velasquismo y asume el Poder, el vicepresidente, Carlos J. Arosemena), pasando por la ruptura de relaciones diplomáticas con Cuba hasta la inmediata reacción de URJE (primer semestre de 1962), se dilata este clima de zozobra que culmina con el cuartelazo de 1963.

[20] Los coroneles Gándara, Freile, Castro y Cabrera instauran la dictadura desde el  11 de julio de 1963 hasta el 29 de marzo de 1966. Fue ‘dictadura’ aunque con guantes de seda la trate el Dr. Osvaldo Hurtado, ex-presidente de la República del Ecuador (1981-1984), cuando escribe: “La Junta Militar <…> llega al gobierno en la ‘Década del desarrollo’, cuando en América Latina soplan los vientos de la modernización y de la programación. Este hecho, y la terminación del Plan General de Desarrollo elaborado por la Junta General de Planificación, permiten al gobierno militar adoptar posiciones muy progresistas: una ley de Reforma Agraria y (…) una nueva legislación fiscal…’ (…)”. Hurtado, Osvaldo. El reformismo militar <contenido en>El proceso político. EN: ‘ECUADOR, HOY’. Bogotá / Editora Guadalupe, Siglo XXI Editores de Colombia, 1978. Pág. 180, de 382. /// ¡Sin comentarios!, SR  

[21] Espinel Cedeño, Ileana. EN: Club 7. Ob. cit. Págs. 37, 39 y 41, de 99.  Y, además, pág. 34, de 99.

[22] Francisco Franco (1892-1975), destructor de la República, ejerció la dictadura de 1939 a 1975.
[23] Espinel Cedeño, Ileana. EN: Club 7. Ob. cit. Pág. 34, de 99.

[24] Espinel Cedeño, Ileana. Antología Poética. Guayaquil, Comité pro Homenaje -a IEC- presidido por Rosa Amelia Alvarado Roca, 2002. Pág. 76, de 112 págs.

[25] Epígrafe (de ‘María Juana Pinto’). EN: Espinel, Ileana. Antología Poética. Ob. cit. Pág. 87, de 112. 
[26] Espinel, Ileana. Antología Poética. Ob. cit. 2002. Pág. 72, de 112.

[27] Espinel, Ileana. ‘Discurso de agradecimiento (al homenaje a ella ofrecido). Escuela Superior Politécnica del Litoral, ESPOL, Aula Magna. 23 de enero del 2001, un mes antes de su fallecimiento, el 21 de febrero. EN: Antología Poética. Ob. cit. Pág. 23, de 112.

[28] Club 7. Ob. cit. 1954. Págs. 89 - 95.

[29] Chávez, Alba. Tejiendo la vida con Coquín (Carlos Alvarado Loor). Guayaquil, PubliFacso, 1993. Pág. 68, de 475.

[30]‘URJE y el Toachi: Una generación sin miedo’. EN: Tejiendo la vida con Coquín. Ob. cit. Págs. 63 - 68. (En la última cuartilla del presente trabajo, se transcriben la pág. 63 y unas líneas de la pág. 64 <de la fuente citada> que, en resumen, se refieren al inicio de los llamados Sucesos del Toachi.)  

[31] Con este grito se abre ‘La muerte a cada rato’, resumen lírico-épico de la experiencia del autor en el Toachi, río y selva de Santo Domingo de los Colorados, Ecuador, 1962. 11 títulos, unos inéditos, otros yacen en revistas.

[32]  De la dirección de URJE en Guayaquil, SR recuerda a Alfredo Vera Arrata, Jaime Galarza Zavala, Edison Carera Cazar . Y, a Carlos Alvarado Loor (Coquín) quien fundó la célula barrial de 10 de Agosto y Boyacá (Boca-10) donde militó junto a Víctor Andrade Benalcázar, Francisco Mármol Márquez, Eloy Morán Murillo, Vicente Muñoz Elizalde, Miguel Panchana, etc.  SR

[33]  Román Armendáriz, Sergio. ‘La rosa de papel’, núm. 24  (Colección de Poesía Ecuatoriana). Guayaquil, Casa de la Cultura, 1990. Págs. 15-16/26. (Director de la Colección: Miguel Donoso Pareja. / Consejo Editorial: Fernando Cazón Vera, Rafael Díaz Ycaza e Ileana Espinel Cedeño. / Selección y Nota: Ileana.)

[34]  El cultivo de la Forma (herencia parnasiana) llevó a SR a ensayar dos versiones, ambas cotejables para fines didácticos.

[35]  Según SR, tres bosques estilístico-ideológicos sostienen y coronan la obra del Club 7:  el existencial, el íntimo y el político.

[36]  SR, Correspondencia virtual.

[37]  La investigación debe continuar. Quizá los familiares de Carlos, Ileana, Gastón y David conserven otros textos. Por mi parte, trataré de disciplinar los míos.  Crear una Fundación atinente a esta época para servir los intereses de la historia de la literatura ecuatoriana, es una idea plausible. ¡Adelante! SR

[1] ‘Liminar’ de: Román, Sergio. (Para sus) ‘5 Consultas acerca del Club 7 de Poesía’ (Ecuador 1951-1962). <Este documento anexa su propia lista de fuentes impresas y virtuales>. Costa Rica, 2010.
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